La crisis de la educación media

La crisis de la educación media es universal y poliédrica. Está instalada en todos los países y tiene muchas caras, muchos aspectos. Algunos de ellos son propios de nuestro país. Otras crisis la han contagiado.

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La primera crisis, que ha contagiado a la educación media, es la crisis acelerada de los conocimientos.

La rápida evolución y cambios de las ciencias y las tecnologías afectan los conocimientos que tenemos y a veces incluso la manera de entender algunas ciencias. En unas décadas ha cambiado por completo la visión que teníamos, por ejemplo, de la física, de la biología y de la química.

Hoy además es evidente que no existen disciplinas autónomas, todos los saberes están entrelazados unos con otros y se necesitan mutuamente para poder llegar a conocimientos conclusivos.

Por otra parte, todas las ciencias y saberes están multiplicando vertiginosamente la producción de conocimientos innovadores. Hay universidades que consideran que lo aprendido durante la carrera puede estar caduco en un porcentaje muy alto en cinco años. Aun muchos de los conocimientos básicos, que llamamos generales, tienen que ser revisados y actualizados con una periodicidad muy frecuente.

Otra crisis que afecta a la educación media, y es en gran parte fruto de la crisis de los conocimientos, es la crisis de las profesiones.

Han cambiado y siguen cambiando constantemente las profesiones y sobre todo el panorama de las nuevas profesiones necesarias para desarrollar nuestras sociedades, sus economías y saberes. Hay profesiones que acabaron su ciclo de vida. No son necesarias. Y en cambio surgen otras exigidas por las demandas de las nuevas tecnologías que vienen a facilitar modos de trabajar, producir, descansar, divertirse, viajar; en una palabra, vivir.

La crisis laboral es otra de las crisis que afectan a la educación media. Es muy alto en todos los países del mundo el porcentaje de desempleo. Cada vez van siendo menos las horas necesarias para producir lo que necesitamos para vivir, porque las tecnologías y las nuevas ciencias en torno a la producción y al mercado logran índices elevados de productividad y comercialización, cada vez con menos ocupación de personas en el trabajo. Y la tendencia sigue en la misma dirección y pareciera irreversible.

Es más, la demanda de trabajo se desplaza rápidamente hacia los productos propios de la sociedad del conocimiento, que requieren otro tipo de conocimientos mucho más sofisticados y con competencias de creatividad muy superiores a los trabajos hasta ahora acostumbrados.

Contribuyen a la crisis de la educación media los nuevos estilos de vida común. La presencia ya masiva de tecnologías de la información y comunicación como los celulares y en general los medios de comunicación digitales han revolucionado no pocas costumbres de los jóvenes y ocupan su mente y afectividad con ingente cantidad de estímulos totalmente ajenos a los que podrían ayudar a su dedicación a los aprendizajes, mediante el sistema tradicional escolar y el estudio.

La extroversión, la dispersión, la dificultad de concentración y silencio son cada día mayores en los jóvenes. Tal vez sean los deportes la actividad donde los jóvenes logran concentrarse, desplazando los ruidos ambientales y los ruidos internos para atender con toda su energía al objetivo que se propone en ese momento deportivo.

Entre las crisis que contagian a la educación media hay que contar sin falta a la crisis de la docencia. Es prácticamente unánime en la queja de empresarios, rectores y profesores de universidades e instituciones de educación superior, a la hora de hablar de la educación media, el incluir entre las causas del bajo nivel de los resultados la baja competencia del profesorado. Por supuesto que como toda generalización hay que considerar las excepciones, pero cuantitativamente hay que reconocer que en general los profesores de educación media no han recibido la preparación profesional necesaria para garantizar la calidad de su trabajo.

Ningún país ha encontrado la solución perfecta a esta crisis generalizada de la educación media. Nosotros tampoco. Muchos opinamos que, empezando por el diseño curricular de este nivel de educación, hay que hacer una profunda revisión para actualizarla y responder a las necesidades y expectativas de los estudiantes, sus padres, las instituciones superiores, las empresas y la opinión pública general.

jmontero@conexion.com.py

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