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En este corto periodo de mandato que todavía no llega a un año las convenciones fueron su herramienta para tratar de alinear a los rebeldes. La primera, a mediados de setiembre último, apenas noventa días después de ser electo terminó con una dura sanción a un grupo de diputados llanistas y una contundente declaración contra la reelección presidencial.
La sanción a los legisladores creó una fuerte crisis y terminó siendo revisada para evitar un cisma con consecuencia imprevisibles. Pero eso no alcanzó para sanar las heridas. El enfrentamiento se mantiene y cada tanto es atizado con la confrontación permanente que se propone desde la conducción partidaria.
El encuentro de esta mañana en Coronel Oviedo de nuevo está atravesada por el apoyo o no a un segundo mandato presidencial. El oficialismo encabezado por Alegre está lejos de tener el control partidario, pero intentará ratificar el rechazo a la reelección. Eso de algún modo podría asegurarle la candidatura presidencial para el 2018.
Aceptar que el Presidente de la República pueda ser de nuevo elegido para un segundo periodo podría terminar con sus aspiraciones del 2018. Abriría las puertas a que el expresidente Fernando Lugo pueda ser de nuevo candidato presidencial. También permitiría a Equipo Joven, la corriente interna liderada por el senador Blas Llano, revivir encabezando una línea interna para apoyar a Lugo e imponer a uno de su equipo como candidato a vicepresidente de la República.
La derrota en las internas partidarias en 2016 le obligó a Llano a replantear su estrategia partidaria. Para esta convención volvió a lo que siempre le dio buenos resultados. Se acercó a la dirigencia de base. De nuevo recorrió el país buscando apoyo para reatar el acuerdo con Lugo prometiendo llegar de nuevo al poder. La promesa sedujo a buena parte de los convencionales, pero hoy realmente se verá qué tanto efecto causó.
Desde afuera los colorados y los partidarios de Lugo palpitan con igual fuerza la convención liberal. Sus decisiones tendrán impacto directo en cada sector. Podría ayudar o entorpecer el futuro inmediato.
En las últimas horas, el presidente de los liberales sorprendió al sostener que una candidatura con la disidencia colorada podría ser un camino válido. Para muchos fue una afirmación que Alegre está decidido a llevar su postulación aún por fuera de su partido.
Mario Abdo, el visible candidato de la disidencia colorada, trató de despegarse casi de inmediato para no generar fricciones en el interior de su asociación política. Con una interna partidaria todavía por venir no era conveniente aparecer como aliado de un candidato liberal.
El tercero en discordia fue el intendente de Asunción, Mario Ferreiro, quien también salió a disparar contra una negociación de esa clase. Ferreiro se siente un eventual candidato presidencial de la oposición para el 2018 y dio muestras de que no está dispuesto a entregar tan fácilmente su posición.
Los liberales están de cara con la historia. La decisión que este día tome la convención del PLRA será definitoria. Determinará no solo el modo en que los liberales van a encarar las elecciones generales el próximo año, también redefinirá las fuerzas dentro del partido y determinará las decisiones que sus parlamentarios tomarán con relación a un segundo mandato presidencial.
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