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“Es poco, y es muy problemática su rendición de cuentas”, decía el mano derecha del exintendente Eduardo Paniagua (ANR), quien busca su reelección.
Y es que para este municipio, que recibe 10 millones de dólares anuales del Estado (G. 55.600 millones al cambio actual) lo del Fonacide es realmente “recreo de criatura”.
Despúes de Asunción, la Comuna de Salto del Guairá es la que más dinero “dulce” percibe del Estado, porque se le paga una compensación económica por sus Saltos anegados por Itaipú.
El “fatigoso” trabajo del intendente es firmar cheques. Debe tener puño firme para que no le tiemble la mano, porque todos los días debe rubricar decenas de cheques para los contratistas de empresas “amigas” que se adjudican las sobrefacturadas obras que encara la Comuna.
Por eso es que la lucha por la chequera comunal está al rojo vivo.
Por un lado, el carismático médico pero mal recordado exintendente Carlos César Haitter, apoyado por movimientos de izquierda; y, por el otro, el “hijo pródigo” de la Compensación, el colorado Eduardo Paniagua, se lanzan sapos, culebras, ratones, víboras, viudas negras y lagartijas venenosas por demostrar a los votantes quién es peor.
Paniagua tiene la ventaja de que la Contraloría ya ha cuantificado “los pecados” de su oponente Haitter. Mientras que él logró, gracias a sus influencias con el poder capitalino, evitar que hasta ahora el ente de control revise su gestión, que no por eso es menos negro que el de su antecesor y actual oponente.
Lo cierto es que la chequera de oro de la Municipalidad, por un lado o por el otro, caerá de nuevo en manos de quienes ya nos hicieron vivir 10 años de amarga experiencia, de ineficiencia y corrupción.
rduarte@abc.com.py