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La castración se conoce desde tiempos inmemoriales y fue frecuentemente utilizada en ciertas culturas, como en Europa, el Medio Oriente, India, África y China, por razones religiosas o sociales.
Muy famosos son en las culturas china y árabe los llamados eunucos (también mencionados en la Biblia). Los eunucos eran hombres al servicio del emperador o emperatriz, quienes pasaban por esta especie de prueba de fidelidad. Los eunucos tenían diversas funciones dentro del palacio entre las que se encontraba la de ser guardianes de las zonas de los palacios dedicadas a las esposas de los grandes señores (harenes).
Razones
La castración química “temporal” ha sido estudiada y desarrollada para ser utilizada como acción preventiva y castigo para personas que han cometido crímenes sexuales en repetidas ocasiones, como la violación u otro tipo de violencia sexual. Este tipo de castigo tiene precedentes en el Derecho Medieval. La castración química o quirúrgica está siendo discutida en muchos países como una opción voluntaria de los condenados a la cárcel, así evitarían estar presos por muchos años. En el caso de la castración química, se precisan inyecciones regulares de antiandrógeno. La efectividad de esta medida es discutida y existen numerosos casos de violadores castrados y que han reincidido en sus crímenes
La castración química es un término utilizado para describir los medicamentos destinados a reducir la libido y la actividad sexual, por lo general, para impedir que los violadores, pederastas y otros delincuentes sexuales reincidan.
A diferencia de la castración quirúrgica (cuando se eliminan los testículos o los ovarios), en la castración química no se ocasiona un cambio físico permanente en el cuerpo ya que no es una forma de esterilización sino que se administran diferentes medicamentos, para el control de la natalidad, que sofoca la conducta sexual de los delincuentes sexuales por medio de la reducción de los niveles de testosterona en los hombres al disminuir los niveles de andrógenos en el torrente sanguíneo. Esto, en teoría, reduce las fantasías sexuales compulsivas de algunos tipos de delincuentes sexuales.
La castración química como método terapéutico ha sido y es muy debatida. Debido al reclamo público de reducir el flagelo de las agresiones sexuales, la castración química ha sido propuesta como una alternativa no permanente, reversible y con menos efectos colaterales que la castración quirúrgica.
Sin embargo, las investigaciones llevadas a cabo en Europa no justifican la recomendación de la castración como método confiable para los agresores sexuales, dado que distintos estudios han demostrado que la castración quirúrgica se muestra ineficaz como tratamiento terapéutico frente a los agresores sexuales y que si fuera química no cambiaría este hecho.
Sobre todo porque, incluso si la capacidad de un abusador de tener una erección o eyaculación se encuentra inhibida de forma permanente, el acto de agresión sexual implica mucho más que el uso del pene y estas conductas no se verían afectadas.
Parece que la libido no disminuye demasiado y las recidivas son muy frecuentes.
Sin embargo, algunos estudios sugieren que, si la castración química es acompañada por el tratamiento psicológico se reduce notablemente la tasa de reincidencia. Algunos programas de castración química, más terapia psicológica, juntas, prueban ser eficaces en abusadores de niños (no sádicos sino intrafamiliares incestuosos) y en exhibicionistas, aunque no en violadores.
Es por eso que los fármacos rara vez son considerados efectivos por sí solos y son administrados como complemento del tratamiento psicológico, tratamiento orientado a dotar a los agresores de las habilidades necesarias para dirigir sus vidas sin reincidir. La medicación sirve, esencialmente, para facilitar la implicación eficaz del paciente en el tratamiento psicológico.
La castración química con medicamentos antiandrógenos conlleva siempre un riesgo para la salud del paciente, por lo que el tratamiento solo puede ser administrado bajo estricta supervisión médica continua, un adecuado seguimiento y asesoramiento dentro de un plan de tratamiento integral. Estos medicamentos nunca deben ser utilizados como único método de tratamiento, y el agresor sexual debe participar en simultáneo en un tratamiento cognitivo-conductual diseñado para abordar otros aspectos de la conducta desviada, además de los intereses sexuales.
¿Cómo funciona la castración química?
Los medicamentos utilizados para la castración química detienen a nivel cerebral la liberación de hormonas y neurotransmisores relacionadas a la excitación sexual y producción de semen. Además, impide que la persona sea fértil.
Usos de la castración química
El uso más importante de la castración química está en detener a los violadores, especialmente pedófilos, evitando que vuelvan a actuar. En algunos países un juez puede ordenar que el acusado reciba castración química o utilizarla como condición para ser liberado de la cárcel.
El hecho de que la castración química sea temporal –dura tres meses tras los cuales hay que volver a aplicar la inyección– le hace un método que requiere tener un seguimiento constante del abusador sexual que deberá utilizarla de por vida. La castración química tiene también efectos secundarios como el aumentar significativamente el riesgo de padecer de osteoporosis y problemas cardíacos. Asimismo, algunos hombres desarrollan pequeños senos.
POLÉMICA O NO, LA CASTRACIÓN QUÍMICA ES QUIZÁ LA ÚNICA FORMA DE DETENER A LOS CRIMINALES DE LA PEOR CALAÑA, PERMITIÉNDOLES REGRESAR A LA SOCIEDAD SIN SER UN PELIGRO PARA EL RESTO.
En nuestro país sería interesante instalar el tema, pero haciendo la salvedad de quiénes dictarían la sentencia o quiénes serían los que dispondrían que esta medida sea aplicada; la misma lleva también una serie de estudios previos y un seguimiento constante, pues las inyecciones deben aplicarse sin falta cada tres meses, realizándose también los controles correspondientes buscando posibles complicaciones.
Ojalá que este debate y posible aplicación de las medidas antes mencionadas se extiendan también a otros campos, donde los corruptos violadores de todo el sistema, de todas las normas y leyes de la confianza que les ha sido depositada, de los violadores de la voluntad popular, del derecho que deben asistir a las personas y principalmente de las funciones que les han sido encomendadas, reciban también el repudio, el escarnio y la “castración social”, que los convierta en “eunucos” inaptos para el desempeño de sus delictivas actividades, y, al mismo tiempo, llevar esa marca o estigma como escarmiento para él y para los demás integrantes de esos grupos o calaña.