La capacidad de asombro

SALAMANCA. Me asombro que me asombre algo que ocurre en nuestro país, pero es también motivo de alegría saber que mi capacidad de asombro no está aún satisfecha. Y esto es muy sano para el enriquecimiento de la imaginación.

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La penúltima causa de mi asombro –espero tener aún muchos asombros más– es la conferencia de prensa que fue convocada para cuestionar, públicamente, la agenda de la visita del Papa a Paraguay a mediados de julio. Para rodearla de espectacularidad y dramatismo, se realizó en la explanada de la Catedral Metropolitana. Las fotografías que aparecieron en la prensa eran impactantes, con la fachada de la Catedral o las ventanas de la Universidad Católica como telón de fondo. Allí, los sacerdotes Francisco de Paula Oliva y Pedro Velazco manifestaron su desacuerdo con la agenda, “por marginar a los pobres, a los campesinos y a los indígenas”.

La participación del padre Oliva (o pa’i Oliva como se le conoce popularmente) no fue muy clara cuando dijo que “el Papa es inteligente como para hablar en cada país a quienes más lo necesitan” y luego pidió pruebas para estar convencido de que él (el Papa) realmente eligió esos sectores. Agregó que “el Papa es inteligente para salirse del protocolo; a él le presentaron una agenda, pero en la práctica, maneja su agenda; allí están los monseñores arreglándoles la agenda, pero él es inteligente”.

Se trató de explicarles a los convocantes de esta reunión que el Vaticano decidió que el Papa se reuniera en Ecuador con los sectores académicos para referirse a la misericordia; en Bolivia con los reos, con los indígenas y los campesinos en representación de estos sectores del continente, y en Paraguay con los jóvenes y los enfermos representados por los niños del Acosta Ñu. El enojo del padre Oliva se evidenció cuando recordaron los periodistas que el nuncio apostólico, Eliseo Antonio Ariotti, dijo que el Papa visitaría la capital y un santuario de concurrencia masiva. Pa’i Oliva respondió “por orden superior no creo más nada en la vida, ni del Vaticano. El Papa viene para los más necesitados de cada país y no camuflemos la realidad con orden superior”.

El fundamentalismo, no importa cuál sea su fundamento, hace perder la objetividad de la gente y crea dificultades para entender la realidad. Por un lado estos señores dijeron que la agenda del Papa se elaboró a “puertas cerradas, dentro del mejor estilo stronista”. Nunca supe que la agenda de la visita de un jefe de Estado se discuta en un foro público donde los participantes voten a favor o en contra. Y el Papa es un jefe de Estado. El Papa no viene a Paraguay a realizar milagros. El Papa no viene a promover cambios. El Papa no viene a imponer una política a seguir ni por el Gobierno ni por sus seguidores. El Papa viene como “pastor” a visitar a su rebaño. Que después, y por influencia de sus discursos y hasta de su misma actitud, se produzcan algunos cambios, es otro tema.

Es absurdo pensar que el Papa viene para sentarse a discutir, alrededor de una mesa, el problema de los indígenas, el problema de la pobreza, el problema de la exclusión, el problema de la corrupción, el problema de la drogadicción, el problema del narcotráfico… Hay miles de problemas que debemos discutir, pero no con el Papa, porque no es el canal adecuado. La presencia del Papa no hará que de la noche a la mañana, y por el solo hecho de que haya pasado por allí, desaparezcan el Bañado Norte, el Bañado Sur, Cateura, Chacarita y otras villas de vergonzosa miseria. Ese trabajo nos compete solucionarlo a nosotros, con inteligencia, con honestidad, sin ruedas de prensa dramáticas y aparatosas.

Por último, algo que también me asombra: nunca escuché que se hicieran conferencias de prensa para denunciar la forma en que se mata a los indígenas, se les roba sus tierras y se les echa de ellas para quedarse con la madera.

jesus.ruiznestosa@gmail.com

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