Cargando...
Hasta el momento el Gobierno solo ha demostrado tener una gran preferencia por los intereses empresariales, no así por los más necesitados.
No se avisoran políticas públicas de desarrollo económico que alienten las inversiones y generen fuentes de trabajo en zonas productivas. Mientras, la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más extensa.
En el campo hay hambre y desamparo, con el Estado ausente. En las comunidades carenciadas faltan caminos, se deben mejorar escuelas y asignar más médicos a los centros de salud.
Pero lo indignante es la impunidad constante en todos los casos de corrupción denunciados.
Los “planilleros” continúan en sus puestos, dando una bofetada al pueblo, cada vez que se presentan a cobrar sus jugosos salarios, solo por tener “padrinos” políticos.
Uno de estos casos más emblemáticos afecta a una docente, Gloria Gómez de Acosta, que sigue figurando como directora de un turno inexistente de un colegio parroquial y como jefa de Recursos Humanos de la regional de la Secretaría Nacional de Discapacidad (Senadis), percibiendo por ambos cargos más de G. 9 millones en forma mensual, sin cumplir ninguna labor. Actualmente, está comisionada al Congreso Nacional, pero no cumple horario de trabajo, pues se la ve por su domicilio particular durante todo el día.
Este caso fue incluso denunciado por el obispo Mons. Claudio Giménez en varias ocasiones, pero hasta el momento no se tienen visos de justicia, por lo que se constituye en una bofetada para los cientos de pacientes que a diario concurren desde la madrugada a la Senadis, con el objetivo de obtener un turno.
Con el salario percibido por Gómez de Acosta en la Senadis, se podrían contratar dos fisioterapeutas o fonoaudiólogos que sí precisan.
Ya lo decía uno de los predicadores durante el novenario de la Virgen de Caacupé, duelen las injusticias que pasan en el Paraguay y más aun las de este tipo que siguen impunes y tan vigentes como siempre.