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Tal es el caso de los colonos de las colonias Banderita del distrito de Tembiaporã, y San Carlos, de Mariscal López. Los carperos engendrados en la era “luguista”, que hoy quieren que se les llame “campesinos sintierra”, siguen con la protección de altos exponentes del gobierno de Federico Franco, como el propio ministro del Interior, Carmelo Caballero, denuncian los afectados.
Los hechos parecen dar la razón a los colonos. Durante el gobierno del destituido Fernando Lugo, el famoso protocolo de procedimiento de la Policía Nacional impedía el desalojo de los carperos, basado en una supuesta interpretación previa que debía realizar la Asesoría Jurídica de la Policía Nacional de las órdenes judiciales de desalojo.
En la “era de la democracia participativa” de los bolivarianos, olvidaron que las órdenes judiciales deben ser cumplidas y no discutidas ni analizadas. Y, sobre todo, olvidaron que la Policía Nacional es una institución que por mandato constitucional debe cumplir las leyes y los mandatos que la justicia emita.
Entonces, llegamos a ver tropelías ejecutadas por una turba amparada por esas instituciones que en nombre de una democracia participativa llegaron a pisotear impunemente el derecho de los demás. Nucleados en la Liga Nacional de Carperos se sentían inmunes y protegidos por el gobierno. Mientras, quienes no comulgaban con la ideología zurda, debían soportar -esperando tiempos mejores- las violaciones de sus derechos.
Hoy en día, la mayoría de quienes integraron esta burda farsa, que solo buscaba réditos políticos y NUNCA tuvo como objetivo la Reforma Agraria como lo preconizaban, se mimetizan y buscan pasar desapercibidos.
Cambió el gobierno, pero lamentablemente siguen los mismos vicios y los mismos personajes que hostigaron a gente trabajadora y continúan con la misma política de destrucción y marginamiento.
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