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Chaqueña de pura estirpe, vivió y trabajó en los campos de la lejana región acompañada de su marido, don Julián, fallecido años atrás. Tuvieron 18 hijos, 52 nietos, 69 bisnietos y cinco tataranietos.
A pesar de las dificultades de vida en el Alto Chaco, la heroica mujer demostraba alegría y con eso lograba transformar “en una razón para vivir” los problemas de las personas que acudían junto a ella buscando consuelo.
No tenía títulos universitarios, pero predicaba una verdadera filosofía de vida con las palabras justas y exactas con los que animaba a las personas más pesimistas.
Hasta hace unos pocos años se la podía ver a Ña Delia, montada al lomo de su caballo, dirigirse a su pequeño establecimiento ganadero, ubicado a varios kilómetros del microcentro de Fuerte Olimpo.
Su vida, el valor de su trabajo y su honestidad fue un ejemplo para varias generaciones. Era considerada la “mamá guasu” de Fuerte Olimpo, admirada por personas de diversas edades; adultos, jóvenes y niños.
El gobierno nacional le otorgó mediante decreto la medalla Cruz del Defensor por su servicio a la Patria como enfermera de la Guerra del Chaco y por su fallecimiento, acaecido el martes 13 de setiembre, la Municipalidad olimpeña declaró tres días de duelo distrital.
Pero independientemente de las distinciones oficiales, con seguridad el mayor reconocimiento para la heroína doña Delia fue el aprecio de los pobladores de Fuerte Olimpo, quienes la despidieron el jueves en el camposanto olimpeño.
calmiron@abc.com.py