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Específicamente se refirió al cuidado sanitario que los habitantes de la ciudad de Piribebuy y sus alrededores reciben. Agregó que esa población debe dar las gracias por lo “que ya se tiene” en ese distrito de más de 40.000 habitantes. Además, los agradecimientos deben llover sobre su Región Sanitaria, ya que por lo menos esa comunidad cuenta con una ambulancia que puede llevar al paciente hacia sitios en donde pueda recibir una atención como la gente. Y los pacientes que pueden movilizarse hacia los centros en donde atiendan las 24 horas podrán hacerlo pacientemente. Fue el sesudo comentario de la profesional de la salud.
La atención médica en este concurrido distrito no cuenta con servicio médico los fines de semana por lo que la gente no debe enfermarse en esos días de la semana y todavía menos precisar de alguna cirugía, ya que el único cirujano puso el bisturí en bolsa y rajó “pa la Argentina”. Pero el centro privado que tiene la doctora jefa distrital de Piribebuy se llena de gente con intenciones de aliviar los males que aquejan.
Es la constante que ocurre con la cobertura sanitaria en casi todo el país. Enfermeras y médicos que van a los centros de salud estatales de las ciudades importantes a levantar clientes para luego, según el estado de sus bolsillos, enfilarlos hacia sus sanatorios privados para que, con la caritativa explicación al paciente y familiares y el piadoso y reservado diagnóstico, la cirugía sea la única vía y autopista de salvación.
Un miembro referil del alicaído fútbol paraguayo también dio a entender que los dirigentes, hinchas y futbolistas del Paraguay por poco no deben agradecer a los actuales árbitros con que cuenta este deporte. No se dieron cuenta aún de la mala formación, la torpeza o la exquisita calidad sobornable que tienen los árbitros de este país. Aún no se dieron por enterados que durante todo el tiempo que dura un encuentro de fútbol las cámaras televisivas y deportivas están avisando la incompetencia o la apetencia que tiene la mayoría de los soplapitos de este país. Es que todo debe funcionar deportiva y coordinadamente: fútbol pésimo, dirigentes corruptos y la incapacidad referil. Pero hay que agradecer por lo que se tiene.
El campesino productor agradece tanto cuando se le entrega pollitos que vende enseguida al vecino. Reconoce la atención de los políticos partidarios de turno al vender las carretillas, palas y machetes que reciben de corruptos de otra alcurnia y dan las gracias a las autoridades por tener la gran posibilidad de comercializar las herramientas de labranza que reciben, casi entre lágrimas y vítores de la concurrencia casi siempre arreada. Todos quedan agradecidos y la corrupción hace un dúo perfecto: las autoridades que entregan los implementos y los campesinos necesitados y putrefactos que actúan de pasamanos entre las autoridades de turno y los que quieren trabajar y apuestan por el esfuerzo y el desarrollo productivo.
Vayan también las “palabras de agradecimiento” a la Junta Departamental del departamento del Guairá que, entre las muchas cosas que no sabe qué hacer, dieron las gracias y el agradecimiento al gobernador aceptando la renuncia que no presentó y dar entrada y mesa que en este país y en el Guairá pueden ocurrir las cosas más estrafalarias, es que en esa Junta gua’i se junta la torpeza con la corrupción partidaria. Lo único que falta es agradecer que tengamos tres gobernadores...
caio.scavone@abc.com.py