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Mientras se fue, alguien fabricó una nota de renuncia con dos párrafos y lo renunciaron en menos que canta un gallo. El gobernador dice que no firmó la nota. La mitad de sus concejales dice que firmó. Como resultado, mientras él no estaba juró Óscar Chávez como nuevo gobernador del Guairá. Pero el gobernador volvió, reclamó su puesto, negó la renuncia y la justicia electoral lo devolvió a su silla.
Pero he aquí que apareció otro que quería ser también gobernador: El presidente de la Junta Departamental, Rodolfo Pereira, quien también juró con lo que se convirtió en Pdte. de la Junta y gobernador (ignoro si reclamó ya también los títulos de Miss Guairá o Musa del Ybytyruzú).
Cuando todos creíamos que iba a prevalecer la justicia, que se iba a ignorar la rudimentaria renuncia que está presa en una escribanía, y mientras el senador oficialista Gustavo “Pipo” Alfonso estaba reunido con Cartes, en el Guairá hubo un tercer juramento. Juró otra vez como gobernador el que ya había jurado la primera vez... y quedó como Pdte. de la Junta el que juró la segunda vez.
No es un chiste, lamentablemente.
Dicen que detrás de este lamentable golpe están varios. Uno de ellos, el senador Gustavo “Pipo” Alfonso a quien el gobernador Friedmann acusa de haberlo amenazado en julio del año pasado por no acompañarlo en el cambio de carpa. En esa fecha, Pipo hizo su mudanza de la carpa disidente a la cartista y desde entonces es asiduo y fiel cliente de Mburuvicha Róga.
Otro a quien acusan de ser uno de los titiriteros es Cándido Aguilera, también exgobernador del Guairá, exembajador en Panamá y actual consejero en Itaipú. Verlo recorrer mostrando que el asfalto tiene un centímetro, dos o cinco, da un poco de vergüencita ajena. Como exparlamentario, exgobernador y exembajador, sabe que el lugar para depositar todas esas denuncias es una fiscalía. E inclusive la contraloría, no los discursos por medios periodísticos.
Lo peor de todo es que acusan de corrupción a Friedmann, y en lugar de hacer una muy seria denuncia en el Ministerio Público para que se investiguen los posibles delitos, fraguaron y configuraron otro delito falsificando una renuncia. De un sopetón convirtieron en héroe a aquel a quien denuncian.
Nuestra patria chica el Guairá es el hogar de Manuel Ortiz Guerrero, de Ramón Indalecio Cardozo, Ramiro Domínguez, Helio Vera, Natalicio Talavera, don Diosnel Chase y otros hombres y mujeres que hacen brillar nuestra “república” del Guairá. Aun así, no se extrañe que mientras nos vamos de fin de semana juren como nuevos gobernadores los 14 concejales departamentales del Guairá.
Somos especiales: Dicen que hacemos todo al revés.
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