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Hace muchas décadas ya, hombres y mujeres hacían picadas y construían la amplia avenida que conduciría a la democracia en el Paraguay. Nuestro homenaje a todos ellos que hicieron posible que el 20 de abril de 2008 más de 760.000 ciudadanos y ciudadanas, con su voto, daban la victoria a la Alianza Patriótica para el Cambio, (APC), representada por la dupla Fernando Lugo y Federico Franco.
La victoria de la APC inaugura un tiempo de esperanzas y entierra la hegemonía de un partido en función de gobierno por más de sesenta años.
La victoria del 20 de abril da inicio a la alternancia en el gobierno; es un punto de partida y una clara evidencia de que los partidos hegemónicos ya no pueden responder a las demandas sociales del mundo actual, que se acrecientan día a día. El PLRA se constituyó entonces en el soporte principal de la victoria.
Sin duda, la alternancia y el nuevo gobierno generan expectativas de cambio. Pesadas estructuras y poderosos intereses del pasado, muchas veces de la mano de jueces complacientes y corruptos (fallos aberrantes, cajoneo de expedientes), hacen que el cambio anhelado transite con dificultad hacia sus objetivos. El esfuerzo en la construcción de un nuevo Paraguay llevará más que un periodo de gobierno. Afirmamos por ello que la APC, herramienta eficaz del 20 de abril, debe ser revitalizada y relanzada hacia el futuro para próximos compromisos electorales y políticos.
Las elecciones municipales próximas deben encontrar a los candidatos y candidatas del cambio con el respaldo de una APC incluyente y fortalecida, con la incorporación de otras fuerzas, como el Partido Patria Querida, cuya vigencia en el municipio de Asunción y otros es indiscutible.
El PLRA debe reintegrarse a la APC, sin condicionamiento previo. Para importantes dirigentes partidarios la decisión de dejar la Alianza fue un error que debe ser enmendado. El PLRA debe volver a ser el soporte principal del proceso iniciado. La actual conducción del PLRA reclama protagonismo y exige mayor influencia en la toma de decisiones del Poder Ejecutivo, olvidando que el protagonismo se ejerce planteando propuestas y acciones que apunten a la solución de los problemas de la gente; y la influencia y la consideración se ganan, día a día, con un actuar coherente y responsable.
Sin liderazgo en la conducción y sin la unidad en el disenso, en este tradicional partido, es imposible pretender marcar rumbos hacia mejores destinos.
La APC y el PLRA deben reprisar en el 2013 la victoria última. Espero que para ese entonces este centenario partido pueda tener a uno de sus integrantes liderando ese gran movimiento ciudadano que permitirá dar continuidad al cambio iniciado.
Va llegando el tiempo en que el partido de Gondra, los Ayala, Guggiari y otros grandes vuelva a ocupar el lugar que la historia le tiene reservado.
Su recuerdo y legado político deben servir de ejemplo para quienes vayan a conducir los destinos del partido a partir del año que viene. Espero que una conducción progresista, que surja de las próximas elecciones internas, esté a la altura de la historia y de las circunstancias.
* Ex senador por el PLRA.
La victoria de la APC inaugura un tiempo de esperanzas y entierra la hegemonía de un partido en función de gobierno por más de sesenta años.
La victoria del 20 de abril da inicio a la alternancia en el gobierno; es un punto de partida y una clara evidencia de que los partidos hegemónicos ya no pueden responder a las demandas sociales del mundo actual, que se acrecientan día a día. El PLRA se constituyó entonces en el soporte principal de la victoria.
Sin duda, la alternancia y el nuevo gobierno generan expectativas de cambio. Pesadas estructuras y poderosos intereses del pasado, muchas veces de la mano de jueces complacientes y corruptos (fallos aberrantes, cajoneo de expedientes), hacen que el cambio anhelado transite con dificultad hacia sus objetivos. El esfuerzo en la construcción de un nuevo Paraguay llevará más que un periodo de gobierno. Afirmamos por ello que la APC, herramienta eficaz del 20 de abril, debe ser revitalizada y relanzada hacia el futuro para próximos compromisos electorales y políticos.
Las elecciones municipales próximas deben encontrar a los candidatos y candidatas del cambio con el respaldo de una APC incluyente y fortalecida, con la incorporación de otras fuerzas, como el Partido Patria Querida, cuya vigencia en el municipio de Asunción y otros es indiscutible.
El PLRA debe reintegrarse a la APC, sin condicionamiento previo. Para importantes dirigentes partidarios la decisión de dejar la Alianza fue un error que debe ser enmendado. El PLRA debe volver a ser el soporte principal del proceso iniciado. La actual conducción del PLRA reclama protagonismo y exige mayor influencia en la toma de decisiones del Poder Ejecutivo, olvidando que el protagonismo se ejerce planteando propuestas y acciones que apunten a la solución de los problemas de la gente; y la influencia y la consideración se ganan, día a día, con un actuar coherente y responsable.
Sin liderazgo en la conducción y sin la unidad en el disenso, en este tradicional partido, es imposible pretender marcar rumbos hacia mejores destinos.
La APC y el PLRA deben reprisar en el 2013 la victoria última. Espero que para ese entonces este centenario partido pueda tener a uno de sus integrantes liderando ese gran movimiento ciudadano que permitirá dar continuidad al cambio iniciado.
Va llegando el tiempo en que el partido de Gondra, los Ayala, Guggiari y otros grandes vuelva a ocupar el lugar que la historia le tiene reservado.
Su recuerdo y legado político deben servir de ejemplo para quienes vayan a conducir los destinos del partido a partir del año que viene. Espero que una conducción progresista, que surja de las próximas elecciones internas, esté a la altura de la historia y de las circunstancias.
* Ex senador por el PLRA.