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La mejoría no vendrá solo con buena voluntad si se mantienen los mismos vicios y a personas que pretenden seguir utilizando el Ministerio para beneficio propio y como un trampolín para llegar a ser senador o diputado, como lo hizo “Tony” Barrios.
Hay que reconocer que Paraguay es uno de los países de la región que menos invierte en salud pública, pero el presupuesto nunca va a ser suficiente porque no se apuesta a la prevención, y esto también es por falta de educación. Por ello, la mayoría de los pacientes llegan en estado muy avanzado de su enfermedad.
Aunque a veces da lo mismo, porque muchos que acuden a tiempo tampoco encuentran soluciones en el sistema de salud, con falta frecuente de medicamentos e insumos hasta de lo más básico, laboratorios sin todas las determinaciones necesarias, falta de camas. Tampoco se tienen todos los equipos médicos para estudios y muchos hospitales no tienen infraestructura adecuada ni personal especializado para hacer frente a la demanda de pacientes.
Los recursos económicos para salud pública son insuficientes, y mal administrados rinden menos. Ocurre, por ejemplo, cuando los administradores de turno por lo general ceden a pedidos de políticos o ciertos sindicalistas para contratar a personal no necesario, no apto. El que termina padeciendo las consecuencias de esos desaciertos es el paciente.
Una cosa es ubicar a personas de confianza en los cargos y otra muy distinta es dar oportunidad a gente que busca utilizar la cartera de Estado con fines políticos partidarios. No es ilícito aspirar a cargos electivos, pero sí lo es cuando se aprovechan de un área sensible, como la salud, donde la vida de las personas puede estar en juego.
Ojalá los médicos que tienen altos cargos de ejecutivos puedan entender que la salud pública no tiene partido ni color. Esperamos que el ministro Julio Mazzoleni, de una excelente trayectoria profesional, identifique a estos que son como un cáncer y los extirpe si en verdad quiere hacer buena gestión.
antonia@abc.com.py