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Pero lo más resaltante de todas estas manifestaciones juveniles es el anuncio de que esto solo es el comienzo y que ya no tolerarán a ningún corrupto dentro del gobierno, comenzando con las autoridades locales, es decir las municipales; secundados después por la declaración del nuevo ministro Enrique Riera Escudero, quien dijo que los estudiantes de hoy en más serán los contralores del buen uso de los recursos destinados a educación en sus respectivos distritos.
En ese sentido, a más de un intendente se le erizó la piel al escuchar esa advertencia.
¿Qué pasaría si los estudiantes de todos los colegios del país comenzaran a fiscalizar las inversiones realizadas con los recursos del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide)? Y si comparan lo recibido con lo que se ejecuta realmente en las diversas instituciones educativas, ¿cuántos intendentes corruptos quedarían al descubierto?
En el departamento de la Cordillera, la Gobernación recibió G. 3.237 millones y las municipalidades, G. 12.830 millones, solo en el 2015. Es decir, se tendría que haber utilizado un promedio de G. 8.000 millones en construcción de aulas, comedores y reparación de infraestructura educativa.
Sería bueno que los propios estudiantes, expertos en manejo de tecnología, ingresaran a la página del Ministerio de Hacienda y verificasen cuánto recibió la administración municipal a la cual pertenecen y si eso se refleja o no en inversiones.
El monto estimado para las comunas este año es de unos G. 15.393 millones, que serán administrados por los intendentes electos.
De esta suma, el 50% (G. 7.696 millones) deben utilizarse en obras de infraestructura, el 30% para almuerzo escolar y el 20% para obras de inversión y desarrollo para el entorno educativo.
Es hora de que los estudiantes se hagan cargo de los corruptos, ya que hasta el momento la justicia mantiene los casos en la más absoluta impunidad.
desire.cabrera@abc.com.py