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Los militares y policías en actividad podrían tener un jugoso aumento salarial desde el año próximo; ahora todo depende del presidente de la República, Fernando Lugo. Recientemente, el Poder Legislativo aprobó una ley que establece una nueva escala básica mensual de sueldos para los uniformados, que sería un verdadero "premio" a la ineficiencia.
Este "premio", si la ley es promulgada por Lugo, tendrá un costo aproximado a los 212 millones de dólares adicionales para los uniformados a partir del año que viene. El aumento promedio supera el 50% de la remuneración básica que perciben actualmente, en algunos casos llega al 75%. Además del jugoso ajuste salarial, tanto militares como policías en actividad recibirán un aumento del 40% para alimentación y otros beneficios.
Según la definición, premio (del latín praemium) es cualquier bien o compensación de otro tipo, que se recibe por agradecimiento o reconocimiento al esfuerzo realizado. Igualmente, algunos para obtener premio requieren también suerte, como es el caso de las loterías, rifas o concursos diversos.
En este caso, antes de otorgar el premio, el Presidente debe estudiar muy bien la situación. Tanto los militares como los policías no tienen ningún mérito que se les pueda acreditar.
La inseguridad en las calles cada día se vuelve insostenible, los delincuentes se apoderaron de la población haciendo lo que se les antoja, incluso los policías son los principales responsables de los ilícitos. En los sucesivos gobiernos, los asaltabancos, secuestradores, motochorros tuvieron vía libre para actuar y actualmente se convirtieron en el pan de cada día de la población.
Mientras tanto, los militares son simples soldaditos de papel, una muestra es la lucha contra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Pasaron más de 20 días de la declaración del estado de excepción, que les da carta blanca para actuar contra los delincuentes en los departamentos de Concepción y San Pedro, pero hasta ahora no agarraron ni un pelo de los miembros de este grupo.
Lo único que lograron hasta ahora los militares es desangrar los recursos en el operativo, en incursiones estériles en los montes, compras de vehículos, viáticos y otros. Además "llueven" las denuncias de hechos de corrupción en los cuarteles.
Los senadores y diputados que decidieron premiar tanto a los militares como a los policías, primero deberían haber visitado los cuarteles y las comisarías, y observar qué hacen con los millonarios recursos que el Estado les asigna anualmente. La mayoría de las unidades se caen a pedazos.
Igualmente, los legisladores deberían llegar hasta las escuelas y hospitales y ver las lamentables situaciones en que se desenvuelven.
Si realmente se busca potenciar a las Fuerzas Armadas, se debería entrenar adecuadamente a los militares, brindarles mejor equipamiento y armamento, entre otros, pero no llenarles los bolsillos sin hacer nada.
La pelota está en la cancha y hay que jugarla, los legisladores ya hicieron su parte, ahora queda en manos de Lugo decidir si se merecen ganar el partido y entregarles el "valioso trofeo", en este caso el jugoso aumento. Pero hay que reconocer que, como dice el refrán, el chancho no tiene la culpa (militares y policías), sino el que le da de comer, en este caso los legisladores y el Presidente de la República.
felix@abc.com.py
Este "premio", si la ley es promulgada por Lugo, tendrá un costo aproximado a los 212 millones de dólares adicionales para los uniformados a partir del año que viene. El aumento promedio supera el 50% de la remuneración básica que perciben actualmente, en algunos casos llega al 75%. Además del jugoso ajuste salarial, tanto militares como policías en actividad recibirán un aumento del 40% para alimentación y otros beneficios.
Según la definición, premio (del latín praemium) es cualquier bien o compensación de otro tipo, que se recibe por agradecimiento o reconocimiento al esfuerzo realizado. Igualmente, algunos para obtener premio requieren también suerte, como es el caso de las loterías, rifas o concursos diversos.
En este caso, antes de otorgar el premio, el Presidente debe estudiar muy bien la situación. Tanto los militares como los policías no tienen ningún mérito que se les pueda acreditar.
La inseguridad en las calles cada día se vuelve insostenible, los delincuentes se apoderaron de la población haciendo lo que se les antoja, incluso los policías son los principales responsables de los ilícitos. En los sucesivos gobiernos, los asaltabancos, secuestradores, motochorros tuvieron vía libre para actuar y actualmente se convirtieron en el pan de cada día de la población.
Mientras tanto, los militares son simples soldaditos de papel, una muestra es la lucha contra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Pasaron más de 20 días de la declaración del estado de excepción, que les da carta blanca para actuar contra los delincuentes en los departamentos de Concepción y San Pedro, pero hasta ahora no agarraron ni un pelo de los miembros de este grupo.
Lo único que lograron hasta ahora los militares es desangrar los recursos en el operativo, en incursiones estériles en los montes, compras de vehículos, viáticos y otros. Además "llueven" las denuncias de hechos de corrupción en los cuarteles.
Los senadores y diputados que decidieron premiar tanto a los militares como a los policías, primero deberían haber visitado los cuarteles y las comisarías, y observar qué hacen con los millonarios recursos que el Estado les asigna anualmente. La mayoría de las unidades se caen a pedazos.
Igualmente, los legisladores deberían llegar hasta las escuelas y hospitales y ver las lamentables situaciones en que se desenvuelven.
Si realmente se busca potenciar a las Fuerzas Armadas, se debería entrenar adecuadamente a los militares, brindarles mejor equipamiento y armamento, entre otros, pero no llenarles los bolsillos sin hacer nada.
La pelota está en la cancha y hay que jugarla, los legisladores ya hicieron su parte, ahora queda en manos de Lugo decidir si se merecen ganar el partido y entregarles el "valioso trofeo", en este caso el jugoso aumento. Pero hay que reconocer que, como dice el refrán, el chancho no tiene la culpa (militares y policías), sino el que le da de comer, en este caso los legisladores y el Presidente de la República.
felix@abc.com.py