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Me senté a conversar con Shalala días atrás y le pregunté sobre los senadores Bernie Sanders, que se describe a sí mismo como un “socialista democrático”, y su colega Elizabeth Warren, también del ala izquierdista del partido, quienes acaparan una enorme atención mediática.
Una encuesta de CNN publicada esta semana muestra a Sanders en el segundo lugar entre los aspirantes demócratas, con un 20 por ciento del voto, detrás del exvicepresidente Joe Biden –que aún no ha se ha postulado oficialmente– con un 28 por ciento. La senadora de California Kamala Harris ocupa el tercer lugar, con un 12 por ciento de los votos.
Cuando le pregunté a Shalala sobre la creciente angustia entre los demócratas moderados de que el partido gire a la izquierda y le dé munición propagandística a Trump para asustar al electorado sobre una amenaza “socialista”, Shalala movió la cabeza en señal de desacuerdo.
“No creo que el candidato (demócrata) vaya a estar a la izquierda de Bill Clinton o de Barack Obama. Tal vez sea un poco de centro-izquierda, pero creo que la mayoría de ellos serán como yo, capitalistas que quieren una red de seguridad social”, me dijo Shalala.
No convencido, le recordé que muchos de los aspirantes demócratas han adoptado las ideas de Sanders de aumentar los impuestos a los ricos, y varios proponen un giro hacia la izquierda en temas como Venezuela e Israel.
“Sin embargo, hay tantos candidatos de izquierda que van a terminar dividiéndose el voto entre ellos”, respondió Shalala. “Es por eso que no creo que vayamos a elegir a uno de ellos”.
Agregó que “el partido sabe que no podemos ganar el Medio Oeste, no podemos ganar la Florida, a menos que tengamos un candidato que no esté muy a la izquierda”. La congresista reconoció que “no podemos ganar la presidencia sin ganar la Florida”.
Shalala y sus colegas demócratas del sur de la Florida están luchando su propia batalla dentro de su partido, apoyando a la líder de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y a los legisladores republicanos en el conflicto de Venezuela.
Después de que la congresista demócrata de izquierda Ilhan Omar criticó recientemente al Presidente Trump por su apoyo al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó –reconocido por más de 50 países como el presidente legítimo de Venezuela– Shalala y la congresista Debbie Wasserman-Shultz viajaron a la frontera colombo-venezolana e hicieron una contundente declaración de apoyo a Guaidó.
“No hay ninguna diferencia entre nosotros y los republicanos sobre el tema de Venezuela”, me dijo Shalala. “No podríamos ser más fuertes en nuestro apoyo a Guaidó”.
Añadió que la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes aprobó varios proyectos bipartidistas para aumentar las presiones contra la dictadura de Nicolás Maduro. Lo que es más, Shalala está instando a Trump a que sea más duro con Cuba.
“Maduro está siendo mantenido en el poder por 20.000 tropas cubanas, y Cuba está obteniendo petróleo gratis de Venezuela. Por lo tanto, también debemos apretar más a Cuba, porque si no pueden obtener el petróleo, no pueden quedarse en Venezuela”, dijo Shalala.
Ciertamente, Shalala no está captando la atención nacional como sus colegas congresistas demócratas Omar y Alexandra Ocasio-Cortez, del ala izquierdista del partido, que se han convertido en estrellas mediáticas.
Pero ojalá que Shalala tenga razón al pronosticar que el grupo encabezado por Sanders, Omar y Ocasio-Cortes no prevalecerá en la nominación del candidato demócrata.
Si prevalecen Sanders y sus aliados, Trump ganará en 2020. El sector más a la izquierda de los demócratas será responsable de ayudar a reelegir a Trump, el presidente menos creíble y más polarizante de la historia reciente de Estados Unidos.