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Hace un par de semanas, cobró estado público la gran cantidad de personal de salud que “trabaja” en la Cámara de Diputados, como si en el recinto funcionase un minihospital. Allí no hay consultorios, laboratorios de análisis clínicos, quirófanos para cirugía ni sillones odontológicos, pero...
En el presupuesto del presente año, están incluidos 27 médicos, enfermeras, odontólogos, obstetras, psicólogos y tres funcionarios administrativos, cuyos sueldos oscilan entre 4 y 19 millones, sumando un total de 199 millones de guaraníes por mes.
El frondoso personal de salud está al servicio de los señores parlamentarios y de los funcionarios de la Cámara Baja, por si alguien quiere tomarse la presión o sufre alguna descompensación inesperada. 27 profesionales de salud para algún caso de emergencia parece un tanto exagerado, ¿no?
Además, no se puede desconocer ni dejar de relacionar con el tema el hecho de que todos los legisladores y funcionarios de ambas cámaras del Congreso tienen un seguro médico y odontológico VIP de muy alto costo. Entonces, si un diputado se siente mal y quiere hacer una consulta, ¿acude al minihospital interno o concurre al mejor sanatorio del país?
Esta absolutamente innecesaria duplicación de privilegios para los diputados y funcionarios del área despertó tanta indignación en la ciudadanía, a través de las redes sociales, que ahora el presidente de la entidad, Miguel Cuevas (ANR), comunicó oficialmente al Ministerio de Salud Pública que todo el personal de blanco de la cámara está a disposición de dicha secretaría de Estado.
¿Por qué hay tanto personal de blanco en la Cámara de Diputados, en donde no se le necesita, y tanta carencia de médicos y enfermeras en los centros de salud del interior? La respuesta es obvia: en el Congreso se gana bien sin trabajar y en las clínicas públicas hay mucho trabajo pero bajo salario.
Esta es solo una muestra de la desorganización y mala distribución de los escasos recursos humanos y equipamientos técnicos de los que disponemos. Exhibe, asimismo, con claridad el derroche de la plata del pueblo en el nombramiento y contratación de personal que no se necesita en instituciones públicas específicas.
En un estado democrático y republicano, los entes gubernamentales se organizan por sectores de servicios a la ciudadanía: todo lo que es educación se concentra en un área, la atención de la salud en otro sector, la promoción y ayuda a la agricultura en una institución, la construcción de rutas y puentes en otra, etc. Lo que desconcierta y nos tiene a mal traer es este javorái de funcionarios que sobran aquí y faltan allá, son técnicos en esto pero trabajan en aquello, etc.
Todo el personal de blanco de Diputados debe pasar definitivamente a Salud Pública, trabajar allí en serio y no limitarse a marcar horas de entrada y de salida.
ilde@abc.com.py