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En nuestra época la cosa no cambió mucho y las autoridades municipales y gubernamentales surgen desde los partidos políticos y una sábana, enorme y casi siempre muy sucia, cobija a los que tendrán la oportunidad de direccionar los destinos de los 17 departamentos y de unos 257 municipios diseminados en todo el país. Los presidentes de los partidos políticos así como los capos, los mafiosos y los capomafiosos instalados en casi todas las carpas partidarias tienen enorme incidencia en escoger a los que serán las autoridades regionales. Así se eligen a muchos sinvergüenzas y a la ciudadanía sana solo le resta ir a las urnas a votarle al menos peor.
El último dato que se tiene arroja que existen unos 254 distritos en el Paraguay, lo que equivale a contar con 254 Intendentes Municipales y sus respectivas Juntas Municipales. Como cada vez más se atomiza el país, creo que ya nos acercamos a tener alrededor de unos 260 municipios. El Guairá, el segundo departamento más chico después de Central con sus 3.842 km2, tiene 18 distritos, Itapúa está fragmentado en 30 y así otros departamentos cuentan con particiones casi irrisorias.
La cosa no para y se siguen estudiando futuras divisiones distritales y hasta departamentales, algunas necesarias y bien fundamentadas como dividir el quinto departamento en Caaguazú Este y en Caaguazú Oeste o como quieran llamarlo.
Todos los departamentos del país reciben un refuerzo económico más que interesante de las dos grandes hidroeléctricas, sobre todo de la que tenemos con el Brasil. Bajo el manto de royalties y el Fonacide (Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo) creado por la Ley 4.758/2012, todos los municipios y gobernaciones del país reciben una buena cantidad de dinero a ser destinada a solventar la educación en infraestructura, meriendas y salud escolar.
Innumerables situaciones han creado esta entrega tan dulce de dinero a los municipios y gobernaciones y tan agria para la mayoría de las comunidades. Uno de los motivos e intenciones de dividir cada vez al país en más distritos es la de “tocar” la guita generada por los generadores eléctricos de Itaipú. Entiendo que el impulso de dotar una mejor educación al pueblo fue una excelente intención. Mejores aulas y sanitarios escolares, comida sana y necesaria, ambiente saludable, buena salud y demás fueron muy bien intencionadas de los mentores de este fondo desarrollista.
Los distritos y departamentos comenzaron a recibir esta bendita ayuda y muchos gobernadores e intendentes comenzaron a saltar de contentos, a rezar por tanta gracia divina y a despilfarrar el dinero que las aguas del Paraná les puso en sus bolsillos. Muchos dejaron sus cargos dejando a sus distritos y departamentos en la orfandad total. Algunos destinaron de buena manera el dinero y construyeron millonarias letrinas para que las necesidades fisiológicas sean nomás evacuadas ecológicamente en el bosque adyacente al local escolar. Ocurre en una localidad guaireña.
¿Cómo es posible que no se controle esta cantidad de dinero entregada a los municipios y gobernaciones? ¿Cómo es posible que, con tantos millones, los niños no tengan buen techo y ambiente escolar, merienda, almuerzo ni salud y contemos con gobernadores e intendentes corruptos y con más roña y excrementos que sus letrinas?
caio.scavone@abc.com.py