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La lectura de la situación posmeteoro es que como siempre nos encontró desprevenidos.
Creo que si nos comparamos con el cuento de la Cigarra y la Hormiga, los paraguayos nos asemejamos a la cigarra a quien el invierno tomó desprevenido aunque bien sabía que iba a ocurrir.
Nosotros somos así, nadie se preocupa de las bocas de desagüe sin tapar, hasta que un infortunado termina cayendo dentro; no nos preocupa la basura que se arroja sin más hasta que todos los cursos de agua se colmatan y se produce una terrible inundación; no nos preocupa si las construcciones son seguras hasta que un tanque elevado cae matando a una joven.
No quiero pecar de pájaro de mal agüero, pero tenemos que reconocer algunas cosas: ya no somos la pequeña aldea donde todos se conocían, y una ciudad grande necesita más y mejor infraestructura, para tener más infraestructura se necesita más inversión pública, para tener más inversión pública se necesitan recursos, para tener recursos se necesitan dos cosas: más recaudación y gasto dirigido a la inversión en bienes no en salarios.
Digo esto porque estamos iniciando el período electoral que no va a parar hasta abril y el tiempo se agota para poder tomar decisiones y hacer buenas elecciones.
Este desastre debería hacernos pensar en cuáles son las propuestas de los candidatos para mejorar nuestra calidad de vida. No solo la de los capitalinos aclaro, sino la de todos los habitantes de este país.
¿Que nos proponen?
Entre los candidatos, ¿hay alguno que está pensando en reducción de riesgos, alerta temprana, mitigación de desastres?
Hoy día los políticos modernos tienen asesores para los grandes temas y este es uno sin ningún lugar a dudas.
Vivimos en lo que se llama “la sociedad de riesgo” conceptualizada por Ulrich Beck, el famosos sociólogo alemán.
Esta sociedad de riesgo plantea que vivimos inmersos en una sociedad que nos enfrenta a riesgos relacionados con la marginalidad, delincuencia, riesgos ambientales, riesgos en los productos que consumimos, riesgos derivados de la globalización y muchos otros.
Es necesario pensar estos temas con seriedad y planificar en consecuencia.
No puedo evitar preguntarme: ¿será que alguno de nuestros candidatos, futuras autoridades, tiene algo de esto en la agenda?
¿O lamentablemente seguiremos estando a merced de los elementos, viviendo en un modelo “sálvese quien pueda”?
En verdad, temo que la mayoría siga pensando de manera cortoplacista y miope, como el desafortunado Luis XIV, el llamado Rey Sol, quien sostenía … “después de mí el diluvio!”.
sheila.abed@idea.org.py