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Hace unos días ABC Color planteó editorialmente la necesidad de que la ciudadanía se decida a tomar responsabilidades y riesgos políticos y electorales para contribuir con su participación a mejorar la situación del país, sumido en la combinación de problemas de inseguridad, pobreza, infraestructuras precarias y déficit de servicios públicos en salud y educación, pero por sobre todo en la decadencia ética de los actores políticos.
Numerosas opiniones se cruzaron sobre el tema, siendo las predominantes que si la oposición continúa dividida, volverá a ganar la candidatura propuesta por el Partido Colorado; que la izquierda no significa nada electoralmente y que la ciudadanía descontenta no concurre a votar en las elecciones.
Durán Barba, en la entrevista con ABC Color, recuerda que Mauricio Macri es el primer presidente no peronista ni radical de la Argentina en 100 años, que ganó por interpretar mejor que todos la relación entre el ciudadano y la tecnología, lo que significa que el común de la gente prefiere algo nuevo frente a lo tradicional.
Macri –recuerda su asesor de imagen– “se acerca a la gente, conversa, se viste informalmente, no permite que lo llamen ‘señor’. Es ‘Mauricio’ y listo. Los políticos a la antigua ya caen mal. La gente de hoy tiene otras expectativas, nuevas inquietudes, otras angustias, no está más apegada a las cosas tradicionales. El hijo ya no hace lo que el papá le dice. Yo le digo algo a mi nieto y me discute”.
¿Que esto no encaja para el caso de Paraguay por tratarse de un país básicamente de cultura rural? Hay que ver la extraordinaria incidencia que produce en la población campesina la combinación de internet, celular y motocicleta. Un equipo de fútbol de una compañía rural que gana de tarde es congratulado segundos después por sus adherentes de España o Estados Unidos.
La gente ya no necesita depender del horario del ómnibus para movilizarse por los caminos polvorientos de las campiñas, lo hace en sus propios vehículos o en mototaxi, previa llamada al pariente o amigo. Sabe al instante todo lo que ocurre en su comunidad y su distrito aún estando lejos de ahí, y entra en los foros de discusión de las redes sociales, sin complejo alguno por las faltas ortográficas y tampoco por la “superioridad” de los demás miembros del grupo. Así es ahora.
Sin embargo, al decir de Durán Barba, “los partidos no han tenido innovaciones de importancia. Siguen siendo más o menos lo mismo tanto el Colorado como el Liberal. Son conservadores. Pasa lo mismo con la izquierda. Sigue siendo una izquierda que ya no hay en el mundo, una antigua que apela a la organización campesina, obrera, etc. La gente no se siente representada. Hay un espacio vacío para algo nuevo, algo distinto que no tiene que ver con la antigua división entre izquierda y derecha. Tiene que ver con innovación o conservadurismo, tiene que ver con el avance descomunal de la tecnología”.
No es que esté mal que gobiernen colorados, liberales o socialistas. Lo que está mal es que todos los vicios de antes sean copiados por los de ahora, que no surja nada nuevo, en tanto la franja que critica eso y se decepciona y se disgusta por ello, se abstiene de participar. Se queda quieta y deja el campo libre.
¿Es posible la cuarta vía, algo distinto en Paraguay? le preguntan a Durán Barba. Responde: “Hay que encontrar un líder moderno que quiera meterse en esta aventura del cambio tecnológico. Si es liberal o colorado, da lo mismo. La gente ya vota por líderes, no más por partidos”. Veamos si alguien interpreta los nuevos tiempos y logra que la ciudadanía lo interprete. Ja tanteántearã ningo.
ebritez@abc.com.py