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En el centro de la escena de esta infartante situación, se encuentra Kim Jong-un, un joven de entre veintiocho y treinta años, heredero de la temible dinastía que ha tenido el oprobioso privilegio de convertir a su país en uno de los más pobres del mundo y que según los analistas está impulsando toda esta agitación con el objetivo de fortalecerse en el poder y tapar una hambruna que tiene al país al borde de la inanición.
Desde la muerte de su padre Kim Jong Il, el hijo pequeño del fallecido dictador ha pasado de ser un total desconocido en su propio país, a convertirse en el “Gran Sucesor” oficial, cuando apareció al lado de su padre durante las celebraciones del 60 aniversario de la revolución norcoreana encabezada por su abuelo Kim Il Sung.
Sobre Kim Jong-un se sabe poco, como poco se ha sabido siempre sobre la extravagante hereditaria dictadura norcoreana. Su peso específico en las decisiones de gobierno es desconocido, pues se considera que es tutelado de cerca por los hombres de confianza de su padre, entre los cuales hay varios miembros de la familia y pesos pesados del Ejército. Siendo el pequeño de los hermanos Kim, se cree que Kim Jong-un ganó “la carrera” por la sucesión a sus dos hermanos mayores, que fueron descartados por su padre.
El mayor Kim Jong Nam, parecía destinado a suceder a su padre y convertirse en el príncipe de la dinastía, e incluso se le integró dentro de importantes organismos de Gobierno. Todo acabó cuando fue descubierto en el aeropuerto de Tokio con dos mujeres y un niño de cuatro años, utilizando un pasaporte falso, camino a Disneylandia. Finalmente, fue en Kim Jong-un, el más pequeño de sus hijos reconocidos, nacido del que dicen fue el amor de su vida, en el que finalmente quiso confiar el dictador.
Aunque cuando asumió los más optimistas creían –por su aparente fascinación por Occidente– que podría acelerar la transición económica hacia una economía más liberalizada, llevando adelante las reformas que los economistas creen podría aliviar las penurias que sufre la población, hoy día ya nadie duda de que no fue elegido al azar y es el verdadero “huevo de la serpiente”.
Rumores van y vienen, mientras una de las zonas más volátiles del planeta tiene al mundo en vilo. Pronto sabremos si son solo bravuconadas, aunque mientras tanto con temor recuerdo a mis amigos chinos, que me aseguraban en febrero que tendríamos que estar atentos a lo que nos deparaba el año de la Serpiente de Agua… ¡la más venenosa de todas!