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En Fuerte Olimpo, la población de Toro Pampa, compuesta por alrededor unas 180 familias, está asentada en tierras que pertenecen a un ganadero brasileño. Mientras San Carlos, donde viven unas 200 personas, es propiedad de ganaderos uruguayos y brasileños. Puerto Guaraní cuenta con unos 1.000 habitantes y unas 28.000 hectáreas. En 2008, Abialor SA, se presentó como dueño de las tierras.
Estas poblaciones sobrepasan los 40 años de existencia. Cuentan con instituciones educativas, comisarías, puestos policiales, juzgados de paz y clubes deportivos.
Para entender esta lamentable situación en la que viven estos compatriotas, debemos remontarnos a la época de prosperidad económica de este departamento. Desde principios hasta mitad del siglo XX funcionaban en varias localidades, prósperas fabricas de tanino elaborado de los quebrachos sacadas de los montes chaqueños.
Cuando esas empresas se declararon en quiebra, las comunidades se convirtieron en “pueblos fantasma” y sus pobladores fueron abandonados a su suerte. Con el correr de los años las tierras pasaron a dominio de diversas personas, que lo adquirían como inversión de futuro hasta que explotó el negocio de la ganadería, actual puntal de la economía en la zona.
Aparecieron nuevos propietarios, que al adquirir esas tierras no imaginaron que existían poblaciones dentro de las mismas.
El Estado paraguayo debe saldar una deuda histórica con los pobladores y reivindicar sus derechos sobre parte de esas tierras, considerando que desde hace años protegen la soberanía en estas lejanas comunidades.
calmiron@abc.com.py