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Para los niños con cáncer batallar por sus vidas resulta más difícil en estas condiciones, lo que de hecho lleva a un buen número de ellos, inexorablemente, a convertirse en ángeles antes de tiempo. El hecho no es nuevo, fue heredado por el doctor Nicolás Aguayo, quien asumió primero como interventor del centro asistencial especializado hace casi dos años y luego se quedó en el cargo de director.
Actualmente Aguayo está cesante en sus funciones porque el INC está intervenido por segunda vez por el ministro de Salud, Antonio Barrios, en esta oportunidad a pedido del mismo director. La excusa de siempre es que no se dispone de dinero para nuevos contratos de personal médico.
El ministro Barrios, a pedido de Aguayo, hizo traslados de funcionarios administrativos, como de médicos a otros hospitales, recurriendo al artículo 37 de la Ley 1626 “De la Función Pública”, que establece: “El funcionario público podrá ser traslado por razones de servicio”.
Dicho artículo se utilizó más bien para perseguir funcionarios, trasladando a supuestos “saboteadores” del funcionamiento del INC. Sin embargo, bien se pudo haber utilizado para de verdad optimizar áreas tan sensibles como internados de Oncología Pediátrica.
Aprovechando ese artículo de la Ley de la Función Pública, en casi dos años de administración, el Dr. Aguayo pudo haber conseguido –si se proponía– al menos un médico de guardia para que los niños puedan ser cuidados en sus momentos más difíciles para tener una mejor calidad y más años de vida. Los niños tienen derecho a que se les brinde la posibilidad de curarse y de vivir.
antonia@abc.com.py