Constructivismo y resultados en educación

Enrique Farina Arce comentó el pasado lunes en ABC Digital mi artículo “Educación, lejos de la realidad”, diciendo de mí: “Este señor insiste en el error que fundió la educación paraguaya: el constructivismo, una teoría educativa sin respaldo científico y con sesgo ideológico”. No suelo responder las cartas que recibo sobre mis artículos porque son bastantes y no tengo tiempo, además porque respeto las opiniones de todos. Pero en este caso creo que mi silencio ante afirmaciones tan infundadas podría interpretarse como aceptación implícita (“el que calla, otorga”) y me preocupa que puedan circular opiniones tan contrarias a la verdad, perjudicando gravemente a nuestra educación.

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Decir que “el constructivismo es una teoría educativa sin respaldo científico” es borrar de un tajo en la historia de la pedagogía por lo menos a tres científicos reconocidos mundialmente por sus importantes y valiosas investigaciones, con las cuales fundamentaron el lanzamiento del constructivismo como paradigma fundamental del conocimiento y el aprendizaje. Siento vergüenza ajena de que en Paraguay se pueda decir que Jean Piaget con todas sus investigaciones, especialmente iluminadoras en la Epistemología genética, que Lev. S. Vigostsky con sus investigaciones de la compleja teoría sociocultural y que David Ausubel con sus correspondientes investigaciones sobre el aprendizaje significativo no lograron respaldar científicamente el constructivismo.

Me gustaría conocer la investigación del Sr. Farina Arce o en la que se apoya para afirmar que “el constructivismo fundió la educación paraguaya”. Es más, me gustaría que nos hiciera ver cuándo el constructivismo ha estado vigente, desde cuándo hasta cuándo, en “la educación paraguaya”. El Consejo Asesor de la Reforma (CARE) aconsejó en los años 90-91 superar el cognitivismo e integrar el constructivismo para el proceso de la reforma educativa. El Ministerio lo aprobó y quedó refrendado en los 17 congresos departamentales y en los dos nacionales. Pero de ahí a que el constructivismo como tal se haya aplicado en las aulas hay un trecho tan largo que todavía no se ha cubierto. Se usa con frecuencia la palabra constructivismo, pero la mayoría de los educadores siguen haciendo lo mismo que se hacía antes en los procesos de enseñanza-aprendizaje. ¿Cómo se puede afirmar que el constructivismo fundió la educación paraguaya?

Las investigaciones de Piaget, Vigostsky y Ausubel demostraron que el verdadero conocimiento personalizado lleva consigo la participación activa del alumno, el cual construye el conocimiento aportando en esa actividad su experiencia, memoria, imaginación, afectividad, creatividad, reflexión y su sentido crítico. Frente a la pasividad receptiva del cognitivismo, el constructivismo postula la participación activa del alumno para construir personalmente conocimientos recibidos y sobre todo producirlos. No somos simples grabadoras, somos inteligencias que construyen y potencialmente productoras de nuevos conocimientos.

No es posible en la brevedad de esta columna describir lo que es y aporta el constructivismo. Basta leer cualquier diccionario de pedagogía o documento de investigación o divulgación para superar las caricaturas, por ejemplo: http://modelospedagogicos.webnode.com.co/modelo-constructivista/ Desde luego, ningún modelo pedagógico es perfecto; tampoco el constructivismo. En ciertos ambientes especializados se ha hecho famosa la crítica al constructivismo de Inger Enkvist, cuando comenta el éxito pedagógico de Finlandia y el deterioro de la educación en algunos países europeos. Pero precisamente los educadores de Finlandia comentando los buenos resultados de su trabajo profesional lo atribuyen a once principios pedagógicos fundamentales; el undécimo es la “interpretación del aprendizaje desde el constructivismo social”. También Inger Enkvist ha sido criticada por caricaturizar algunos aspectos del constructivismo, como atribuir a la necesaria participación activa del estudiante una “no directividad” por parte de los profesores; atribución que no está en el constructivismo, sino en la indebida desviación del mismo por parte de algunos profesores, que no lo han sabido aplicar correctamente.

Al final resulta que el constructivismo es uno de los factores de éxito en Finlandia, pero en Paraguay, según Farina Arce, fundió la educación.

También me gustaría que el Sr. Farina Arce explique cuál es el “sesgo ideológico” que él atribuye al constructivismo. Piaget era suizo, Vigostsky, ruso, y Ausubel, norteamericano. Ellos son los tres científicos, pilares del constructivismo. ¿De qué sesgo ideológico habla?

¿En qué historia de la pedagogía, en qué diccionario, en qué bibliografía o papers de investigación se apoyan las afirmaciones irrestrictas de su comentario sobre el constructivismo?

jmonterotirado@gmail.com

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