Cargando...
Para superar la crisis del sector eléctrico (nadie medianamente inteligente puede negar que lo está) que heredará la nueva administración de gobierno, no solo habrá que diversificar la matriz, sino también habrá que consumir menos y mejor.
Pocas posibilidades de crecimiento económico y social estable y confortable se tienen sin resolver la cuestión del suministro de energía eléctrica; para ello se requiere no solamente un cambio radical en las formas de gestión y decisión que fueron aplicadas en los últimos años, sino también un nuevo marco jurídico e instituciones que lo apliquen conjuntamente con una política energética sostenible.
Es imprescindible la implementación de un plan de normalización y puesta a punto del sistema eléctrico, sobre todo del área metropolitana, a los efectos de resolver los recurrentes problemas de suministro de cada verano.
Es un imperativo consumir para desarrollarse, pero al mismo tiempo ese consumo debe ser eficiente y sostenible y también se deberán adoptar normas de preservación ambiental aceptadas internacionalmente y que permiten un desarrollo sostenible del sector.
Para superar esta circunstancia se requiere de un Estado que ejerza con eficiencia sus funciones indelegables y de un sector privado con vocación inversora para ampliar la infraestructura de producción y suministro energético.
Se debe establecer un plan estratégico de mediano y largo plazo y entre sus preceptos deberá considerar criterios de eficiencia, diversificación, integración regional y desarrollo ambientalmente sustentable y también se deberá prever la revisión periódica de los objetivos y metas establecidos.
Se debería promover la reducción de la dependencia de recursos fósiles, alentando la diversificación de las fuentes primarias de energía y se debe alentar el desarrollo de programas específicos para la hidroelectricidad y la generación de fuentes complementarias renovables. Para esa diversificación se deberían promover inversiones privadas y asociaciones público-privadas para licitar obras donde la base de adjudicación sea la provisión de energía eléctrica en condiciones de confiabilidad, continuidad, calidad y al menor costo.
Una adecuada planificación energética debe optimizar los recursos básicos que el país posee, una de esas variantes, amigable con el medio ambiente, es el aprovechamiento del recurso hídrico. Pero para definir la conveniencia del proyecto hidroeléctrico hace falta consenso, sobre todo entre los actores políticos, y también para seleccionar las fuentes de financiamiento porque el costo es elevado.
Se debe promover una política de integración energética regional para conformar mercados regionales de electricidad que aprovechen la complementariedad de los recursos en la región y las conexiones físicas existentes. Dentro de esta política deberán priorizarse la formulación de un marco jurídico que minimice las asimetrías existentes y que posibiliten la inserción en los mercados regionales como así también faciliten los acuerdos con los respectivos socios regionales para la ejecución de las obras de Corpus, Itatí-Itá Corá y otras.
…Y para finalizar; para aquellos usuarios vulnerables económicamente, se debería establecer una política de subsidios focalizados (tarifa social), de ser posible con un mínimo de suministro sin costo (lo cual se puede), sin afectar las finanzas de proveedor, con ello se podría disminuir las pérdidas no técnicas y cumplir con el papel social de subsidiariedad el Estado. Hay que tener en cuenta que actualmente los usuarios de la tarifa social (que responde a criterios populistas) ya suman en torno al 50% de los formales, lo cual indica que en mayor o menor medida la mitad de los usuarios residenciales están siendo subsidiados, consecuente se desalienta el sano ahorro energético y la racionalidad en su utilización.
(*) Técnico del sector eléctrico y exgerente de Planificación de la ANDE
emsamaniego@click.com.py