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El disparador fue el tener que ir a perder varias horas, una mañana o incluso un día entero, para revalidar nuestros registros, algo que bien puede hacerse a través de un teléfono celular, ahorrando tiempo y dinero.
Enseguida apareció otra vieja bandera: no tenemos por qué hacer toda una escritura pública para vender un auto. En cualquier país serio el trámite es simple y mucho más barato, pero aquí hay que pagar millones y esperar un buen tiempo para terminar una transferencia. Se enojarán los escribanos, seguramente, porque es un gran negocio. Pero el interés general tiene que primar sobre el particular. Siempre.
Se sumó enseguida otro deseo. Los adultos mayores de 65 años tienen que tener pasaje gratuito y descuentos para asistir a actividades culturales o deportivas. Solo basta imitar el ejemplo de zonas vecinas y tratar de tener una sociedad menos indiferente, aunque sea por egoísmo, pensando que alguna vez también seremos como ellos.
Varios oyentes de la 730 aportaron otras ideas.
Uno de ellos propuso que las municipalidades organicen campañas de reciclaje para separar la basura, con premios para el contribuyente. Generamos diariamente toneladas de desperdicios, y los propios municipios podrían ahorrar dinero para el procesamiento.
Otro sugirió comprar con suficiente anticipación las vacunas contra la influenza y aplicarlas ya en marzo, para que cuando llegue la época de gripe, la gente esté inmunizada y no tenga que ir a vacunarse y esperar otra vez varios días para que hagan efecto.
Uno más, propuso que las jornadas de capacitación docente se desarrollen antes de que comiencen las clases y durante las vacaciones escolares de invierno, para que no tengan que hacerse en días en los que los niños tienen clase.
Sumamos otro tema, que los paraguayos que viven fuera y tienen, ahora, el derecho constitucional de votar, puedan al menos inscribirse por internet. Así el TSJE ya no va a recurrir a los tours de inscripción electoral, que no solo nos cuestan dinero, sino que además discriminan odiosamente a los paraguayos que no viven en las ciudades elegidas por los viajeros.
Hay otras ideas que también pueden meterse en lista para una reforma constitucional:
¿Por qué tenemos que tener toda una estructura con otros 18 parlamentarios para el Mercosur? ¿No pueden ser quizás 9 senadores y 9 diputados de los que ya tenemos, con un viático para sus sesiones, o tal vez los primeros diputados de cada departamento y la capital?
¿Hacen falta gobernaciones que consumen un multimillonario presupuesto, o pueden canalizarse las necesidades de cada departamento a través de un consejo de intendentes mucho menos oneroso y más funcional?
Sí, sabemos que todas estas ideas chocan muchas veces con intereses poderosos o estructuras anquilosadas. Pero nunca está de más el saludable ejercicio de pensar cómo podemos tener un mejor país.
Pensemos y propongamos. No hace mal. Y nos permite ejercer ciudadanía.
guille@abc.com.py