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Tal vez ambos grupos tienen razón. Si se analiza desde el punto de vista humanitario y el derecho que tienen los ciudadanos de contar con una casa propia, es una oportunidad para las humildes familias de salir de una zona marginal y de acceder a una vivienda digna en un ambiente tranquilo.
Pero la preocupación de un grupo de antiguos pobladores es qué va a pasar cuando los nuevos vecinos se instalen en el barrio Centro, en donde sufren todo tipo de necesidades. Los lugareños tienen problemas para acceder a suficiente agua potable y de energía eléctrica luz, además el servicio de transporte es pésimo, las escuelas y colegios están abarrotados de alumnos.
Con los nuevos vecinos las necesidades se duplicarán y las autoridades, tanto del Gobierno central como de la Municipalidad no ofrecen soluciones a estos inconvenientes.
Además, los vecinos se preguntan en qué o dónde trabajarán, considerando que en la ciudad de Villa Elisa no se cuenta con suficiente cantidad de fuentes de trabajo. En estas condiciones se presume que la delincuencia podría aumentar.
Los chacariteños que tengan que viajar a Asunción u otras ciudades aledañas para trabajar deben utilizar el transporte público de la zona, que es sumamente deficiente. Es más, desde el año pasado los lugareños vienen exigiendo el ingreso de más empresas a la ciudad.
El intendente municipal debe analizar bien la situación, porque al final será la Municipalidad la que tendrá que ofrecer las comodidades a la población. Así como están las casas, unas 700 personas nuevas poblarán el barrio Centro.
En el tema no existe discriminación, sino muchas necesidades que deben ser solucionadas y no duplicarlas, al decir de los vecinos.
hruizdiaz@abc.com.py