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El caso de González Daher, sin embargo, no es el primero, ni el único, y probablemente no sea el último. La diferencia es que él “cayó en desgracia” como se diría en términos bien paraguayos; además tiene como adversario a alguien que por años ¿manejó? el Poder Judicial como es el senador Juan Carlos Galaverna. Solo basta recordar cómo ministros de la Corte, miembros del Jurado de Enjuiciamiento, del Consejo de la Magistratura, fiscales y funcionarios judiciales desfilaban cada noviembre en el local de Cerámica Joayu para saludarlo por su cumpleaños.
En el escándalo del audio que tumbó a González Daher también aparecieron otros nombres que estuvieron casi en las mismas: Jorge Oviedo Matto y Adolfo Ferreiro; pero ambos de alguna forma hasta ahora lograron pasar desapercibidos. El primero renunció y se fue, pero su cara volverá a estar en la papeleta en abril porque es candidato número uno al Senado por su partido Unace; mientras del segundo casi nadie se acuerda y debería correr la misma suerte que sus colegas.
Uno de los audios difundidos reveló un tema que desde hace tiempo es secreto a voces: que el senador Adolfo Ferreiro hace equipo con el contralor Enrique García. Según se desprenden de las conversaciones, Ferreiro estaba tratando de evitar que García sea imputado por la Fiscalía en el caso Ivesur. El contralor fue denunciado en el 2016 porque siendo asesor jurídico de la Municipalidad de Asunción dejó caer plazos para apelar una condena por la que se obligaba a la comuna capitalina a pagar unos 3,6 millones de dólares a la verificadora de vehículos Ivesur, que reclamaba un supuesto incumplimiento de contrato.
El tráfico de influencia en el que habría incurrido Ferreiro es igual de grave que los de González Daher, pero él sigue ocupando su banca en el Senado y en abril próximo intentará ser reelecto por la concertación Avancemos País. Lo mismo Oviedo Matto; su cara estará en la papeleta porque lidera la lista del Senado del Partido Unace.
González Daher debe ser desterrado de la política y recibir una condena ejemplar, pero su caso no debe ser solo fruto de una vendetta política, sino de una clara señal de cambio. El mismo peso de castigo debe caer sobre todos los que comenten delito. Las listas para el Congreso, no solo de los partidos tradicionales, sino también de los partidos o concertaciones de menor caudal electoral están minadas de gente de larga trayectoria en la ilegalidad y que están allí solo para maniobrar en sus casos y evitar el peso de la justicia.