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El segundo muestra que no es que va a venir, sino que ya está ocurriendo. Los hielos en el Ártico están colapsando, las olas de calor y las lluvias fuertes se están intensificando, el océano está creciendo y se está acidificando al absorber dióxido de carbono, los bancos de corales están muriendo, los huracanes son más frecuentes e intensos, se están produciendo sequías récord.
El informe advierte que lo peor está por venir, como mares desbordados, extinción de especies y graves daños a la producción de alimentos.
Los que más sufrirán serán los pobres que no tienen cómo protegerse y las comunidades costeras. Ya está sucediendo.
Se retardará seriamente el crecimiento económico y los exiliados, climáticos que ya superan los 50 millones –que han debido irse de sus lugares históricos de vida–, son una de las manifestaciones de nuevas formas de pobreza.
La Asociación Americana para el Avance de la Ciencia plantea un escenario similar. Declara que el mundo ya está experimentando las consecuencias del calentamiento global, que los efectos últimos pueden ser catastróficos y que la ventana de oportunidad para actuar se está cerrando rápidamente.
Para The New York Times, el tercer informe del Panel Intergubernamental es el más inquietante.
A pesar de la inversión en mejorar la eficiencia en el uso de energía y el desarrollo de fuentes de energía más limpias en Estados Unidos, en Europa y en países en desarrollo como China, las emisiones anuales de gases contaminantes han aumentado al doble de rapidez en la primera década de este siglo que en las últimas décadas del siglo pasado.
Ello pone en riesgo la meta de emisiones acordada por los países del orbe en la Conferencia de Río que se proponía limitar el calentamiento global a no más que dos grados Celsius respecto al nivel preindustrial.
Si se sobrepasa este nivel, señala The New York Times, “el mundo puede enfrentar consecuencias verdaderamente alarmantes”.
El mundo tiene solo 15 años para hacer bajar las emisiones.
Además de la complejidad enorme de los procesos que se deben poner en acción, llevarlos adelante encuentra un gran obstáculo: “los negadores del cambio climático”, los intereses contaminantes que hacen campaña para desestimarlo y quitar credibilidad a los estudios.
Michel Jarrad, secretario de la Organización Meteorológica Internacional, enfatiza que ante los nuevos estudios ya no se puede argumentar ignorancia.
Por su parte, el Panel de la ONU ha advertido: “no podemos perder otra década”.
Y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lo resumió en una frase: “Con la naturaleza no se negocia”.
* Presidente de la Red Latinoamericana de Universidades por el Emprendedurismo Social, autor de numerosas obras, la más reciente el best seller internacional “Ética para Empresarios”.