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Andrés Barbero había adquirido el inmueble de 17.343 hectáreas en un remate judicial. Luego, en el año 1951, las tierras ubicadas en el distrito de San Pedro de Ycuamandyyú fueron donadas al Gobierno de Italia.
El inmueble quedó abandonado y, de a poco, en forma irregular, se fue poblando hasta convertirse en la zona más productiva. Actualmente está totalmente ocupada.
Desde hace años los políticos utilizan como caballito de batalla la intención de regularización la tenencia de esas tierras.
En 2012 el Gobierno de Italia devolvió a nuestro país las tierras. Cuando todo apuntaba a que al fin los ocupantes podrían contar con el título, la situación se presenta complicada.
Se realizó una mensura con la que solo se pudo hallar algo más de 12.000 hectáreas, pero los pobladores exigen las 17.343 hectáreas. Con este panorama se desata un conflicto jurídico con los propietarios de inmuebles colindantes.
Existe una presión social por obtener 17.343 hectáreas como figura en los papeles y se agrava por la falta de sinceridad, de interés y trabajo serio por parte del Gobierno.
Los ocupantes sueñan con el título del inmueble que ocupan y se formaron grupos de “sintierras” que pelean por los supuestos excedentes de tierras, que aseguran están en poder de ganaderos.
Por ahora urge sincerar, hacer en forma clara la mensura, registrar y titular las tierras, no dejarse llevar por las presiones sociales, y que los políticos dejen de manipular y crear grupos de agitadores que solo empeoran el problema. Algunos autodenominados donatarios y sintierras incluso recaudan en forma dudosa con promesa de tierras.
La solución está en poder del Gobierno. Debe encargarse de registrar, entregar las tierras y poner fin a trámites, gestiones y conflictos inútiles entre los ocupantes.
omar.acosta@abc.com.py