Animal planet versión Paraguay

El “ratón” que esta semana incendió el depósito de la Dirección de Material Bélico de las FF.AA. ratifica que estamos perdiendo el tiempo en Paraguay: Lo nuestro es el mundo del espectáculo; la “animalada” que tenemos es capaz de realizar las cosas más insólitas del mundo comparables solamente a las grandes incógnitas universales.

Cargando...

Tenemos súper “ratones” militares capaces de sabotear un depósito de explosivos que casi hacen volar un barrio en Piribebuy. Las “gallinas” paraguayas son tan astutas que fungen de asesoras del ministro de Obras Públicas y Comunicaciones; cuando suben a más de un metro del suelo, don Pánfilo sabe que va a haber una gran inundación y ayudan a destaponar el Pilcomayo.

Los “teros” y “taguás” trabajan también como sistema de alarmas. Si no, que lo cuenten los policías del argañismo que aseguran que Coco Villar tenía animales que alertaban sobre extraños. No se sabe con exactitud qué mecanismos usaron para contrarrestarlos y ya nunca lo averiguaremos: A Villar lo ejecutaron por lo que nunca sabremos todo lo que él sabía sobre el asesinato de Argaña. Ni siquiera cómo entrenaba a su taguá.

Los “manguruyuses” y los “piky” paraguayos no muerden anzuelos sino roban; tenemos contrabando “hormiga” y un “mbarakaja” Almada casi nos dejó en la lona. Nuestros “elefantes” blancos no están en vías de extinción y son muchos los que piensan que los nidos de “víboras” no anidan en los bosques sino en los poderes del Estado.

El popular “lorito óga” no es de color verde y los “monos” paraguayos no se cuelgan de los árboles sino en las libretas de almacenes. Los ordeñadores no son de vacas sino de combustibles y de las arcas del Estado.

Estamos llenos de “mariposas” que vuelan por las noches asaltando a funcionarios públicos de alto vuelo, horario nocturno favorito de nuestros “yacarés” autóctonos, esos que entran sigilosos por puertas y ventanas y que al ser descubiertos huyen despavoridos, a veces a balazo limpio.

En Paraguay, la mayoría de las decisiones políticas y los negocios con el poder se discuten entre “gallos” y medianoche, nuestro “gallo paloma” no cacarea sino habla y las “tarántulas” no andan escondidas sino en fotos de diarios y revistas mientras las “ñati’u bikiqui” deambulan por las aguas contaminadas de todo el país.

Los “perros” paraguayos tienen un comportamiento muy extraño. En rondas de tragos se cuentan historias fantásticas; se les culpa –pobre angá ellos- por las borracheras, las llegadas tardías, los olores y hasta las manchas extrañas en las ropas de los viernes de soltero.

El “pitogué” nacional hace que su sola aparición provoque el alboroto, casamientos apresurados mezclados con náuseas y contracciones. Los “mosquitos” paraguayos produjeron el año pasado la internación de miles y este año volvieron con la moda reforzada “dengue” 2007.

Los “mbatarᔠno tienen plumas sino varios colores y los “camaleones” andan sobre dos patas recorriendo carpas políticas de las que no dudan en saltar dependiendo de las pagas. Y no me quiero olvidar de mi propia especie, los moldes “úra”, animalada simpática aunque bien desmoldada.

Si me faltó algún animal, ¿ve acá abajo el correo? Se agradecerán contribuciones para el próximo domingo.

¡Que lo tiró con el ratón militar!

mabel@abc.com.py
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...