Aguas obligadas

Y colapsamos una vez más. La naturaleza nos va pasando la factura cada día con IVA (inmenso volumen de agua) más elevado.

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Lejos estamos de aquellas lluvias que, por torrenciales que fueran, permeaban y penetraban a través de los suelos hasta las napas más profundas, recargando y descontaminando inclusive los acuíferos.

Pero el progreso no se detiene; clamamos por buenos empedrados, pavimentos y asfaltos; construimos edificios con amplios patios de comida o estacionamientos y aislamos prácticamente todos los permeables poros de ingreso de las aguas hacia las profundidades.

Basta actualmente con una pequeña llovizna para que las aguas pluviales corran presurosas por calles asfaltadas, que al no poseer desagües se convierten al poco tiempo en verdaderos y caudalosos ríos que son capaces de llevar y arrasar todo a su paso, de convertir un bache por más pequeño que sea en un profundo “cráter” donde el agua penetra y se escurre por debajo de la superficie, horadando lo que encuentre en su camino en busca de escapes subterráneos, motivando “a posteriori” hundimientos, caídas y derrumbes. El último fenómeno meteorológico, que se caracterizó por su inusitada violencia, dejó a su paso cuantiosas pérdidas materiales, terror, desamparo y muerte. Así también, al no tener suficiente absorción, necesariamente aumenta el nivel de cauces, arroyos y ríos causando los conocidos repuntes e inundaciones.

No fue la primera ni será la última y, por sobre todas las cosas, con lamentarnos no solucionamos nada. Es cierto, contra la naturaleza no se puede, pero se deben buscar soluciones paliativas que tiendan a minimizar estos negativos impactos.

Todos queremos calles asfaltadas, pero después estamos ante la consecuencia de ríos corriendo frente a nuestras casas porque no poseemos los correspondientes desagües pluviales, y los pocos que existen se ven a menudo obturados por toneladas de basuras, ya que conscientemente se aprovechan los días de lluvia para tirarlas a las calles.

Cuándo será el día en que el Gobierno central, las municipalidades y las instituciones responsables del área se sientan a elaborar un definitivo e integral plan de alcantarillados y desagües aptos que tiendan a la solución de esta grave situación. Que este plan implique el correcto diseño de las obras (realizadas por empresas responsables), que no tengan que hacerse los asfaltados para luego estar de vuelta rompiéndolos para fabricar chapuceros desagües, dejando la mayoría de las veces las calles en deplorables condiciones.

No queremos dejar pasar por alto la otra situación que es actualmente un GRAVE PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA: el no tratamiento de las aguas cloacales o aguas negras.

¿Ha llegado el público lector a pensar a dónde van las servidas aguas que día tras día generamos en nuestros hogares, en las instituciones, en la oficinas, en los hospitales, en los colegios?

Piensan los señores parlamentarios, en la sede legislativa, que estirando las cadenas de los inodoros ya termina su responsabilidad, sin tener en cuenta que cada vez que aprietan el botón están cargando a la Bahía de Asunción de sus desechos individuales. Lo mismo que todas las oficinas y reparticiones de nuestra capital y otros lugares. ¿O acaso no saben que Asunción y el área metropolitana descargan sus aguas cloacales sin tratamiento alguno, a través de 18 bocas de salidas, a la Bahía o directamente al río Paraguay o a sus arroyos tributarios?

Estamos en conocimiento de un proyecto de construcción de plantas de tratamiento primario de aguas cloacales que en cinco años estarían al 100% operativas. La salud pública es la principal afectada en todos los niveles, así como los cauces, ríos, lagos y arroyos están absolutamente contaminados, y es más, los acuíferos se ven seriamente afectados por el uso indiscriminado de sustancias químicas y pozos ciegos permeables causando la presencia de contaminantes físicos, químicos y biológicos en grandes cantidades. La salinización y el aumento de nitritos y nitratos que se encuentran en niveles críticos serán los responsables de múltiples enfermedades, de no tratarse como corresponde el problema.

Abogamos por soluciones integrales que necesariamente deben ir acompañadas por intensas campañas de educación que tiendan al cambio de modelos de consumo y estilos de vida. Mejorar la captación de agua desarrollando e implementando nuevas tecnologías para la rápida recolección de las aguas pluviales a través de sistemas que garanticen –o por lo menos minimicen– sus negativos y peligrosos impactos. Diseñar sistemas para la reutilización de aguas pluviales y residuales. Desarrollar y poner en práctica mejores políticas y reglamentos. Mejorar la gestión de ecosistemas, cuidando las áreas de recarga. Mejorar la infraestructura de distribución. Luchar contra la contaminación. Trabajar en la mitigación del cambio climático. Controlar el crecimiento urbanístico.

Las fuentes potenciales con que se cuenta para solucionar la problemática son el agua superficial de los ríos, cauces y embalses, el agua residual tratada y el agua de otro acuífero. Es muy costoso construir sistemas de alcantarillados, tratamiento y saneamientos, pero será mucho más costoso el no hacerlo.

¡¡¡SI SE QUIERE…, SE PUEDE!!!

El optimista piensa en proyectos; el pesimista, solo en EXCUSAS.

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