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Esta fecha fue instituida por Ley Nº 4261, que declaró al tereré como Patrimonio Nacional del Paraguay y fijó su conmemoración el último sábado de febrero.
Esta ancestral y refrescante costumbre no solo es paraguaya, sino de todo el ámbito geográfico donde existen plantaciones naturales –y artificiales– de Ilex paraguariensis o ka’a.
Ese ámbito incluye parte del Paraguay, menos el Chaco, el nordeste argentino, parte del Brasil y parte de Bolivia.
Es una costumbre cuyo origen se remonta a la noche de los tiempos y para su consumo se utiliza el ka’a, el vegetal por excelencia en la cosmogonía de los pueblos originarios (de este término, ka’a, provienen varias derivaciones descriptivas: ka’aguy –selva–, kakuaa –crecer, conocer la selva–, kaysã –isleta de selva–, ka’ay –infusión de yerba–, ka’a’aygua –recipiente de yerba–, ka’arã –protoyerba–, ka’aro –yerba amarga, etc).
También nomina toponimias, como Ka’akupe, Ka’azapa, Ka’apuku, etc.
Desde que los aborígenes utilizaron este vegetal a manera de energizante y de consumo ritualístico, lo hicieron en varias maneras.
Se identifican claramente tres formas de consumir la disolución de los componentes asimilables del “Ilex paraguariensis”: por maceración, el tereré; por infusión, el mate; y por decocción, el mate cocido.
La maceración es la extracción de las partes solubles de una sustancia sumergiéndola en un líquido que esté a temperatura normal o atmosférica (ahora se toma con hielo). Es el tereré o mate cebado con agua fría.
La infusión es la extracción, de cualquier sustancia orgánica, de sus partes solubles en agua, a una temperatura mayor que la atmosférica y menor que la de ebullición. Es el caso del mate, amargo o dulce, cebado con agua que no llegue a hervir.
La decocción es la extracción de esas mismas partes solubles en agua a la temperatura de ebullición, es el caso del mate cocido, de allí su nombre.
Hay versiones de que el consumo del tereré se originó en la Guerra del Chaco. Falso. El terere siempre existió. Desde antes de que los españoles descubrieran el consumo del ka’a… Su consumo siempre fue paralelo y contemporáneo al del mate (nombre de origen quechua: mati).
Lo que ocurrió cuando el conflicto con Bolivia fue que se utilizó el consumo por maceración para filtrar las aguas pútridas de los charcos y para poder consumir sin arriesgar el conocimiento de la posición de las fuerzas combatientes a través de la humareda resultante de las fogatas. Al finalizar la contienda, su consumo fue generalizado y trasladado a la Región Oriental como una costumbre refrescante para combatir las temperaturas veraniegas.
A diferencia del mate, el terere refresca, pero no corta la sed. Sin embargo, el consumo de la infusión o mate, sí corta la sed y permite saciarla y beneficiarse con sus cualidades energizantes.
De todos modos, tanto el tereré, el mate o el mate cocido son costumbres que consolidan las relaciones interpersonales en diversa intensidad: El mate es intimista y en su consumo, tres son multitud. Se toma solo o en pareja. Ayuda a la cavilación y a la meditación. A la charla descansada, a la plática conyugal.
Sin embargo, el terere es jaranero, es para la reunión de mayor cantidad de personas, para la conversación intrascendente, alegre y para la talla entre amigos.
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