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El excelente “Informe sobre la Juventud”,”Paraguay joven” publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas en Paraguay (UNFPA) y promovido por la Secretaría Nacional de la Juventud, nos ofrece datos provocativos. Los adolescentes entre 15 y 19 años representan el 29% de la población paraguaya.
La mayoría de los adultos ven la adolescencia como una etapa de crisis. Gráficamente el lenguaje popular la denomina edad del pavo, edad de la ruptura de relaciones incluidas con los padres. La adolescencia ha cargado con una imagen negativa, al compararla con la belleza y transparencia de la infancia y con la energía vital y primera autonomía de los jóvenes con sus pasiones atrayentes en defensa de la libertad, la justicia y el amor.
Sin embargo esa imagen negativa y primaria de la adolescencia no hace justicia a la realidad. La psicología profunda y las investigaciones neurológicas sobre el cerebro de los adolescentes nos están demostrando el valor incomprendido de esta etapa de la vida.
Daniel J. Stegel, famoso autor de libros exitosos, psiquiatra y profesor, en su libro “Tormenta cerebral”, que trata del poder y el propósito del cerebro adolescente, rompe los mitos sobre la adolescencia y revela las desconocidas potencialidades del cerebro adolescente con sus cambios decisivos de transformación. Como él dice hay que rescatar y reconocer la esencia positiva de la adolescencia.
“El período de la adolescencia es en realidad el período que acumula más poder para el valor y la creatividad. Cuando alcanzamos la adolescencia, la vida está en plena ebullición. No deberían evitarse esos cambios y no pasar por ellos como una simple fase que hay que superar, sino que deberían estimularse”. “Durante los años de la adolescencia nuestra mente cambia la forma de recordar, pensar, razonar, centrar la atención, tomar decisiones y relacionarse con los otros. Desde los doce hasta los veinticuatro años aproximadamente se da una explosión de crecimiento y maduración como no ha habido otra en nuestra vida”.
Los cambios cerebrales establecen en nuestra mente cuatro cualidades: búsqueda de novedades, implicación social, aumento de la intensidad emocional y experimentación creativa (2014, 22ss).
Con una nueva visión positiva de la adolescencia, ante la impresionante cantidad de adolescentes paraguayos se impone revisar y actualizar las políticas socioeducativas de servicio a los adolescentes. Tanto más necesarias cuanto que son preocupantes los problemas y dificultades que afectan a nuestros adolescentes. La visión positiva de la adolescencia no puede ocultar el estado real de muchos de nuestros adolescentes.
Construyendo su identidad personal, los adolescentes buscan modelos de referencia en quienes inspirarse y con quienes identificarse y no los encuentran fácilmente en una sociedad donde abundan los mayores corrompidos y corruptores; buscan “sueños” y se les ofrece la alienación y evasión de las drogas. La cuarta parte de ellos sumergidos en la pobreza no ven horizontes. La inequidad los margina. Pensando en su profesión y trabajo les envuelve la incertidumbre y hasta el escepticismo, porque les angustia la amenaza del desempleo. Saben que cada día son mayores las exigencias de conocimientos y competencias para trabajar y dolorosamente el 55% de los adolescentes y jóvenes entre 15 y 29 años están fuera del sistema educativo, no asisten a ninguna institución educativa.
Por otra parte su ámbito afectivo y su pasión por el amor ideal tropieza con la crudeza de una violencia creciente en contexto de inseguridad y observan con pavor cómo se asesina por robar un celular o por rivalidades de negocios delictivos como el narcotráfico. Además en no pocos casos padecen la crisis de los matrimonios y las violaciones sexuales. Para las niñas el embarazo precoz es creciente, entre 10 y 14 años ya son dos embarazadas por día.
El desarrollo humano y social y derivadamente todos los desarrollos pasan por la realización integral de nuestros adolescentes.
jmonterotirado@gmail.com