Abasto que ya no da abasto

En el Mercado Central de Abasto de Asunción hay tantas denuncias como ristras de ajos y cebollas a la venta. Allí imperan el caos y la desorganización en todos los órdenes. Existen informes de la Contraloría General de la República con recomendaciones que nunca se tuvieron en cuenta porque siempre prevalecía la ley de la selva en cuanto a gestión se refiere.

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La pomposamente llamada Dirección de Abastecimiento de la Municipalidad de Asunción está en el feudo de la concejala colorada Silvia Fabiana Benegas de Sánchez, integrante de la seccional colorada 24, del barrio San Pablo, donde su hijo Raulito Sánchez es el presidente. ¿Sería de malpensados decir que ellos hacen y deshacen en el barrio, el mercado y sus arrabales?

Resulta que la edil, según las denuncias, es una de las que precisamente mantienen colonizados al Mercado Central de Abasto donde ha ubicado a varios operadores, muchos de los cuales se encargarían de realizar una recaudación paralela (no sabemos para quién), y además ella manejaría a su antojo a varios locatarios.

Debido a la intromisión directa de los concejales y al manejo discrecional de la DAMA por un seccionalero, en este caso el exconcejal Iván Arévalo (2001-2006), presidente de la seccional 16, el centro comercial se cae a pedazos y es un polvorín.

Todos los espacios libres fueron “loteados”, como se había hecho con los pasillos del cementerio de la Recoleta en la época de la dictadura y con los bañados de Asunción en los últimos días de la administración de Arnaldo Samaniego. Con tal de hacer sitio para algún correligionario o para sus deudores, votantes y difuntos, es menester echar mano a lo que venga.

En el Abasto la basura está esparcida por doquier, los puestos de venta precarios están hacinados en lugares que correspondían a estacionamiento, jardines y áreas libres. No funciona la planta de tratamiento y las aguas servidas afloran sobre los adoquinados internos.

No obstante, es una de las “vacas lecheras” de la Municipalidad de Asunción, aunque los menos beneficiados son los contribuyentes, pues gran parte de los recursos van a parar a las faltriqueras de los avivados, planilleros y recaudadores o sus mandantes.

Molesta por las denuncias, la concejala dijo que jamás pasó por la administración del Abasto y que nunca fue recaudadora. También dijo que sobre los manejos de la administración del centro de abastecimiento deberían responder el director, su correligionario y excolega concejal Iván Arévalo, junto con el exintendente Arnaldo Samaniego.

“No está en nuestras manos. No tenemos la lapicera”, dijo la edil y pidió que responda por la situación su exintendente. ¡Como cambian los tiempos de la noche a la mañana y cómo todos hacen leña del árbol caído, aunque sea un compinche, cuando las papas queman!

pgomez@abc.com.py

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