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No cabe duda de que los ingenieros paraguayos han destacado con la creación de las represas hidroeléctricas de ITAIPÚ y YACYRETÁ. En el campo de las ciencias agrarias, nuestros veterinarios y agrónomos han puesto a Paraguay en la vanguardia mundial de la ganadería y producción de carne y soja. En el campo de la literatura, Augusto Roa Bastos con su Premio Cervantes puso al país en los estrados internacionales. En las artes plásticas Colombino recibió premios internacionales. En la música, Luis Szarán sigue mereciendo reconocimiento y apoyos internacionales por su valiosa e incansable producción y promoción de la música difundida con Sonidos de la Tierra y otros programas a nivel nacional. Y desgraciadamente hasta en la producción de droga estamos en los primeros puestos del mundo.
Estos éxitos demuestran que en Paraguay hay talentos para hacer cosas grandes.
En contraste con este Paraguay brillante, en la vital rama del saber de la Pedagogía, como ciencia de la educación, no solo no hay productos de calidad, sino que nuestro país está estancado desde los años cuarenta del siglo XX. Los intentos de reacción y reforma de los años 90 con sus logros limitados, han quedado frustrados principalmente por factores políticos y de corrupción. La verdad es que la Pedagogía como ciencia no interesa, no atrae a los paraguayos ni tiene marketing, a pesar de que es absolutamente necesaria para la educación y consecuentemente esencial y trascendental para todos los desarrollos, desde el desarrollo humano y social, al desarrollo ético, político y económico. Imposible pensar en educación sólida, actualizada y eficaz sin una Pedagogía científica asimilada. Pero ni la sociedad, ni el Estado ni las universidades han invertido en el desarrollo y actualización de la Pedagogía como ciencia.
Y es tanto más necesaria y urgente la promoción de la Pedagogía, cuanto que esta ciencia se encuentra asediada y desafiada actualmente por descubrimientos estimulantes de sus ciencias auxiliares.
Desconozco la política del MEC con respecto al desarrollo y actualización de la Pedagogía, ciencia madre para quienes tienen la responsabilidad del gobierno de la educación, y el MEC, empezando por el ministro, no puede ignorar que nuestra Pedagogía tiene que cambiar porque han cambiado los niños, los adolescentes y los jóvenes, en general los seres humanos y las familias, la sociedad, el mundo laboral y profesional; el cambio es la constante inclusive en el horizonte del futuro.
No es profesional educar con Pedagogía anacrónica que no incorpora, por ejemplo, los descubrimientos en Psicología de las inteligencias, no solo las de Howard Gardner y sus múltiples inteligencias, sino las de Daniel Goleman (la emocional y la social) y la inteligencia espiritual de Richard Davidson y otros. La Pedagogía está desafiada por los descubrimientos de la Psicología de la conciencia, de la psicología dinámica, de la Epistemología con las importantes investigaciones de Ken Wilber sobre los tres ojos del conocimiento. La sociología tiene aportes ineludibles, sobre todo con la vigencia de la sociedad virtual y sus redes sociales, así como con el proyecto en marcha del Estado virtual.
Con más razón la Pedagogía no puede eludir lo que significa el impacto de la Inteligencia artificial además de la compleja problemática de las Tecnologías de la Información y la Comunicación por la utilidad de su uso y por lo que significa el flujo y acceso a toda clase de información y relaciones. Más todavía si consideramos su valor para el desarrollo de las potencialidades de la persona acrecentando la memoria, multiplicando la presencia simultáneamente y superando todas las distancias.
Finalmente, dejando de citar por falta de espacio otros desafíos vitales, aludo a los extraordinarios aportes de la neurología y sus ramas la neurociencia, neuroespiritualidad y neuroeducación.
La Pedagogía actualizada de vanguardia vuela a toda velocidad incorporando la energía de las novedades científicas de sus ciencias auxiliares, mientras la Pedagogía paraguaya duerme pasivamente al margen de la historia. ¿Qué hacen los Institutos de Formación Docente, las universidades y el MEC por la Pedagogía paraguaya del siglo XXI?