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No parece creíble que Canadá vaya a alinearse con las dictaduras de Cuba y Venezuela en la estrategia dictatorial de sustituir a Almagro, siendo uno de los países que participan y acompañan más firmemente la lucha contra la dictadura castrochavista de Venezuela, que ha reconocido al presidente Juan Guaidó, que ha recibido al embajador del gobierno interino de Venezuela, que ha respaldado los informes y acciones sobre la situación de Venezuela, y que impone sanciones al régimen usurpador. Pero tiene consideraciones con la dictadura de Cuba.
El régimen de Cuba maneja un importante sindicato de votos en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Aumentó este poder con el entreguismo de Venezuela a Cuba, que puso a la dictadura cubana en situación de ejercer el liderazgo político de América Latina. Los votos que agrupa y con los que trafica en la ONU le permiten negociar designaciones como la de un miembro no permanente en el Consejo de Seguridad, donde ya pusieron a la Venezuela castrochavista y la Bolivia dictatorial de Evo Morales. Este sería el espacio que Cuba ofrece a Canadá a cambio del voto anti Almagro.
Para elegir secretario general de la OEA en la Asamblea del próximo 20 de marzo se necesitan 18 votos de los 34 estados miembros activos, porque Cuba no se ha reintegrado. Los candidatos son Luis Almagro, la tres veces exministra de Rafael Correa en Ecuador, Sra. María Fernanda Espinoza, y el diplomático peruano Hugo de Zela. La dictadura de Cuba controlando a Nicaragua está operando el apoyo a la candidatura de la Sra. Espinoza con la abierta gestión de Argentina de Fernández/Kirchner y México de López Obrador, con Antigua y Barbuda junto a San Vicente y las Granadinas del Caribe.
El eje de confrontación en la elección de Secretario General de la OEA 2020 está claramente establecido entre democracia versus dictaduras. Es la disputa entre las dos Américas, la democrática y la dictatorial de crimen organizado transnacional. La lucha entre los defensores de los derechos humanos y del estado de derecho versus la impunidad, los crímenes, torturas, perseguidos, presos y exiliados políticos.
La elección que se avecina es la disputa entre los principios y valores fundamentales de la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos en los que se basa la existencia de los estados miembros y de la propia OEA, frente a la perpetuación indefinida e impune en el poder por medio de la violencia, crimen organizado transnacional que promueve y sostiene el terrorismo, guerrillas y desestabilización de las democracias, que lleva a la miseria a los pueblos, con crisis humanitarias, que ha convertido en narcoestados a Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia con Morales y Ecuador con Correa, promoviendo el narcotráfico como instrumento de lucha antiimperialista.
Es el castrochavismo que tratará de recuperar el control de la OEA el próximo 20 de marzo -sacando a Almagro- para proteger las agonizantes dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, conspirar contra los procesos de liberación de Ecuador y Bolivia, y continuar desestabilizando la región. Por eso es penoso el papel de gobiernos democráticos como los de Argentina y México que con Fernández/Kirchner y López Obrador avergüenzan a sus pueblos por su sometimiento a la dictadura de Cuba. Lamentable que algunos gobiernos de países del Caribe se mantengan en la lógica vergonzosamente conocida de los favores (más bien sobornos) a cambio de sus votos.
En este contexto, ojalá sea mentira y rumor sin fundamento el “QUID PRO QUO”, el “algo por algo” entre Cuba y Canadá, el voto de Canadá contra Almagro en la OEA a cambio de Canadá como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Se trata de que los principios y valores del pueblo y del gobierno canadienses son los de libertad y democracia que nada tienen que ver con el crimen organizado que lidera Cuba. [©FIRMAS PRESS]
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy