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De no haber renunciado a su puesto Pedro Ferreira, presidente de la ANDE, no nos habríamos enterado nunca del acuerdo al cual llegó nuestro gobierno con el del Brasil sobre el manejo de la energía generada por Itaipú. De haber aceptado Ferreira firmar los documentos que le enviaba la Cancillería, después de haberse cocinado todo con la Cancillería brasileña, seguiríamos viviendo en el mejor de los mundos.
Rápidamente el puesto vacante fue ocupado por el ingeniero Alejandro Alcides Francisco Jiménez Quiñónez, quien, como era de esperar, negó todo. Seguimos viviendo en el mejor de los mundos. Lo que no se pudo saber hasta el momento es por qué la firma de dicho tratado permaneció oculta durante dos meses. Si todo era tan normal, tan transparente, tan inocuo para ambos países, lo lógico era que se informara no sólo a la ciudadanía sino también al Congreso cuya aprobación será necesaria para que el acuerdo entre en vigencia. Pero no ha sido así.
Una de las primeras consecuencias es que el Paraguay no podrá negociar con el excedente de su energía de acuerdo a un interesante plan que había elaborado Pedro Ferreira y que estuvo exponiendo en las últimas semanas con empresarios locales, todos los cuales mostraron su interés y su entusiasmo. Ya en ese momento era inútil.
¿Y el Congreso? El Congreso está más preocupado en organizar funciones de pugilato entre sus miembros en plena sala de sesiones. Y quienes no van a los puños ponen todo su interés y esfuerzo en salvar a sus compañeros (y son muchos) que tienen cuentas pendientes con la Justicia por tráfico de drogas en carácter de cómplices, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencia y asociación criminal.
¿Y la Justicia? La Justicia está en el mismo camino del Congreso. No solo se empeña en buscar argumentos generalmente traídos de los pelos para salvar a sus compañeros de viaje, sino incluso buscan introducir innovaciones totalmente revolucionarias. Por ejemplo, el cuestionado Torres Kirmser, nada más ocupar su puesto en el Consejo de la Magistratura, propuso que las ternas se elaboren a dedo y no por méritos. Más que descabellada, esta propuesta nos habla, elocuentemente, en manos de quienes estamos.
¿Y el Poder Ejecutivo? Una vez más cayó en la trampa que le tendieron políticos mucho más hábiles y curtidos, tal como está sucediendo desde que asumió esta nueva administración. El presidente no pudo ocultar el contento que le produjo que su par brasileño, Jair Bolsonaro, le llamara por su sobrenombre, Marito, disimulando así que Itamaraty tenía ya preparado el documento para adueñarse de toda la energía de Itaipú. Lo dije en artículos anteriores: cuando no se tienen uñas de guitarrero, es mejor dejar el instrumento en casa y no andar presumiendo de gran concertista.
Los ciudadanos comunes queremos respuestas ciertas a todos estos temas que no son invento de los periodistas ni nuestros artículos son los causantes de tanta corrupción, de tanta desvergüenza, de tanto descaro y de tanto delincuente empotrado en el gobierno.