Unas 50 voces de esperanza y justicia aguardan al Papa en el penal de mujeres

A tan solo días de la venida del Santo Padre a nuestro país, existe un grupo de mujeres que con fervor cantan “Papa Francisco”, la música que fue compuesta por Amado Yuruhán en homenaje al visitante ilustre y que esperan llegue al corazón de todos.

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Estar privadas de su libertad no hace que las internas del Buen Pastor dejen de buscar salir adelante y de alguna manera hacer menos terrible vivir en el encierro.

Al son de “Papa Francisco, tu pueblo está aquí”, encontramos a las reclusas que con entusiasmo, alegría y fe, vienen practicando intensamente todos los días la música que compusieron en el penal para el Santo Padre. Esto, desde que se confirmó la noticia de que el papa Francisco hará una parada en dicho lugar en su agenda de visita al Paraguay en los días 10, 11 y 12 de julio, para saludar a las 482 mujeres.

Según indicaron, el Santo Padre prevé trasladarse al reclusorio luego de su arribo al aeropuerto Silvio Pettirossi. Al respecto, la directora de la penitenciaría, Ana Dina Coronel, indicó que se están preparando y previendo todos los detalles, por si el Papa decida ingresar hasta la población penal.

Por ello instalarán dos escenarios, una frente al penal, sobre la Avda. Mcal. López en la vereda, donde estarán las 50 integrantes del coro y otra dentro, frente a la capilla, en el corredor, hasta donde podría llegar el Pontífice. Dicho palco se prevé por si el Santo Padre quiera dar un mensaje a las internas.

“Tanto es el entusiasmo de las reclusas que ellas mismas prácticamente pintaron todo el interior del penal. En un día terminaron lo que es el patio”, explicó la directora.

Sobre cómo se logró que el papa Francisco anuncie una parada ahí, indicó que las internas habían enviado una nota al Arzobispado, solicitando que se incluya en la agenda del Santo Padre una visita al Buen Pastor.

También desde la dirección se insistió, pero fue gracias a las gestiones del padre Luis Arias que se logró convencer a los organizadores para que Jorge Bergoglio escuchara la música que las reclusas prepararon para él. La mayoría de las mujeres le pedirán la bendición al Sumo Pontífice para que puedan lograr el acceso a la justicia. De las 482 internas, 316 no tienen una condena firme.

Pide justicia

Clementina Ruiz Díaz se encuentra hace un año y 10 meses recluida en el penal. Comentó que en un mes será su juicio oral y en medio de eso dijo que la visita del papa Francisco es para ella como recibirle a Cristo y confía mucho en que llegará a saludarlas. “Porque Cristo siempre estuvo con los más humillados, con los más marginados”.

Ella pedirá justicia, porque dijo que en este lugar hay muchas personas que cometieron errores que están pagando y otras que están circunstancialmente por un accidente o porque se cometió una injusticia. Indicó que es una bendición muy grande recibir al Papa: “Porque en este lugar conocí a Cristo, estoy cambiando mi vida, mi pensamiento, es totalmente diferente de cuando yo entré, por la contención espiritual que estamos recibiendo, que es muy importante para todas las internas. La Iglesia cumple una función muy importante en este lugar”.

Un regalo

Epifanía Mancuello cumple el próximo 12 de julio, 62 años, y para ella la visita del papa Francisco es un regalo de cumpleaños. La mujer es una de las más antiguas en el coro y por sobre todo la más alegre del grupo. Se encuentra hace más de tres años por una condena de siete años por aborto.

Sobre la visita del Santo Padre, indicó: “No sé cómo decirte, es una gran emoción de que estando aquí en el Buen Pastor, voy a recibir al Papa. Yo soy del Bañado Sur y cuando vino el papa Juan Pablo II no pude estar y mirá ahora dónde voy a recibirlo”. Epifanía dijo que esta experiencia contará a sus hijos, nietos y bisnietos. “Le digo gracias a Dios que me recogió y a mamá María que con su manto me protegió. Voy a pedirle al Santo Padre que me bendiga y me dé fortaleza para vivir cien años más, lo que estoy pasando en está cárcel no le deseo a ricos ni pobres, pero tengo fe, que voy a obtener mi libertad”, apuntó.

Suplica perdón

Alejandra Prieto fue servidora cuando tenía 15 años en la visita que hizo Juan Pablo II, a nuestro país en 1988. No importó la lluvia, el cansancio, porque ya cumplió con su misión de conocerlo y estar cerca de él. Ahora, por segunda vez, a pesar del lugar donde está, va a estar cerca del papa Francisco.

Indicó que si tiene la oportunidad de hablar con el Santo Padre le pediría que la perdonara; “por todas las cosas y pensamientos malos que tuve e hice, porque estando en este lugar, me doy cuenta de que yo fallé. Estoy por un proceso de venta de drogas y que por culpa de ellas a muchos padres perjudiqué, porque sus hijos se perdieron. Como mamá también que soy recién ahora me doy cuenta, muchas veces no nos damos cuenta, por el buen ingreso que tenemos en el momento, pero después de estar en este lugar y ver a muchos chicos en la droga nos damos cuenta que fallamos mucho”.

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