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El amor de los servidores (voluntarios) que pusieron su mejor esfuerzo para mantener el orden durante los encuentros con el Papa, fue admirado por nacionales y extranjeros que siguieron paso a paso la visita del Santo Padre, durante los tres días que permaneció en el Paraguay.
En esta tarea colaboraron muchos voluntarios de diferentes edades. Ellos formaron cordones humanos a lo largo de kilómetros para contener a la multitud que se aglomeraba en las calles que recorría Francisco en su papamóvil.
“Cuidamos que la gente no se agolpara en el paso del papamóvil. Como joven estoy construyendo el camino para llegar a Dios, porque la mejor manera de demostrar que una persona es cristiana es sirviendo a los demás”, manifestó Leticia Fernández (20), quien fue guía de los servidores en Aviadores del Chaco y Madame Lynch. La joven, que tenía a su cargo 50 voluntarios de Ñeembucú, Villa Elisa y Fernando de la Mora, dijo sentir una gran emoción con la visita del representante de Dios en la Tierra que trajo alegría y paz al castigado pueblo paraguayo.
El sacerdote Florentín Melgarejo (57) también cumplió la función de servidor en la calle, codo a codo con los jóvenes de su parroquia, San José Artesano de Pilar. En su comunidad tuvo el papel de aglutinar a quienes querían ser voluntarios en estos días especiales.
Destacó la alegría y la sencillez del Santo Padre. Dijo que sus prédicas son muy actuales y realistas. “Está dando una apertura a una Iglesia Católica más sencilla, cercana a las familias y a todos los que sufren”, afirmó.
Biciservidores
Cerca de 300 ciclistas se sumaron a la gran fiesta nacional en torno a la visita del papa Francisco, transformándose en “biciservidores”. Subidos a sus bicis, estas personas se encargaron de trasladar alimentos y agua a los servidores apostados como cordón humano, en varios puntos de la capital.
Los productos eran proveídos por la organización del evento. A su paso, los biciservidores recibieron el cariño y el apoyo de las personas que esperaban el paso del Papa. Algunos hasta los aplaudían y los saludaban con el grito: “Esta es la juventud de Cristo”.
La mayoría de los biciservidores son pertenecientes a grupos organizados de personas que aman andar en bicicleta. Se sumaron a la tarea desde Asunción, Lambaré, Ñemby, Luque y otros puntos del departamento Central.
Coordinación
“Para los integrantes de la coordinación, la visita del mensajero de la paz y la alegría, estuvo guiado y acompañado por Dios. Porque el representante de él en la tierra visitó al pueblo paraguayo que con amor, y fe lo acogió”, precisó Betina Vera Bogarín (44) una de los tres integrantes de la Coordinación Central de Logística.
Precisó que se contó con la participación de unos 32.000 servidores, de los cuales unos 20.000 provenían del interior del país. Y gracias a la autogestión y a la colaboración de empresarios del transporte, que cedieron lugares en los colectivos que conectan la capital con el interior del país, pudieron llegar hasta Asunción.
Según Betina Vera, la evaluación del trabajo desplegado por los servidores gracias a la solidaridad y la generosidad del pueblo paraguayo es excelente.
Destacó que muchos de ellos tuvieron que pasar miles de vicisitudes para llegar a la capital.
Dijo que muchos jóvenes no recibieron agua, ni comida porque los policías impedían el paso y la distribución de los provisioneros. Pero la gran mayoría siguió firme en sus puestos. Algunos se descompensaron por el cansancio, la temperatura cambiante y la emoción.
“Es una actividad muy difícil de evaluar humanamente. Solamente se puede con los ojos de la fe. El pueblo paraguayo puso en práctica la cita bíblica de la multiplicación de los panes, a través de la solidaridad para dar de comer y de beber a 32.000 servidores, además de darles albergue y abrigos para soportar las jornadas agotadoras”, indicó.
“Cumplimos a cabalidad todos nuestros objetivos. Los voluntarios, en su mayoría jóvenes, participaron con mucha alegría y fe, orando, sin quejarse del barro, la lluvia, el hambre o las largas horas de espera en los diferentes lugares donde les tocó desempeñarse como cordón humano. Sentían la alegría de servir en forma desinteresada, cantando estribillos: “Esta es la juventud de Cristo”, “Papa Francisco, te queremos”. “Papa regalamos a Dios nuestros mejores esfuerzos”.
Betina Vera informó que en muchos lugares tuvieron dificultades y que “con la gracia de Dios” estas se pudieron solucionar. Cada evento tenía un coordinador general.
En cuanto a lo sucedido en el local del siniestrado supermercado Ycuá Bolaños, dijo que fue lamentable. Y que la coordinación recibió un pedido especial de los familiares y víctimas que los servidores o “cordón humano” se mantuvieran a una distancia de 200 metros antes del punto central y 200 metros después. Ellos accedieron al pedido y no faltó gente que se aprovechó de esa situación.
“Es una herida que tenemos que procesar en la evaluación final, pero como organización no podíamos intervenir porque respetamos el dolor que aún siente mucha gente que perdió a sus seres queridos, en el Ycuá”, dijo.
Manifestó que tuvieron cuatro meses de organización para los encuentros multitudinarios que tuvo el Papa con el pueblo paraguayo. “Gracias a las herramientas de Dios que son los jóvenes, se obraron maravillas en la organización. La oración estuvo presente en todo momento en la gente de la logística. El resultado estuvo a la vista de propios y extraños”, concluyó Vera, quien también elogió el aporte de los Scout del Paraguay.
eolmedo@abc.com.py