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El caso de los doctores Vicente Mario Bataglia Doldán y Ramón Ortolán Bataglia Araújo podría ser considerado hasta motivo de envidias. Padre e hijo, ambos médicos de profesión y docentes en la Facultad de Ciencias Médicas, figuraban entre los inscritos para el segundo Curso Superior de Especialización en Medicina Perinatal realizado en la casa de estudios entre 2008 y 2011.
Más de 100 profesionales se inscribieron para participar de la especialización, de los cuales alrededor de 80 culminaron el curso.
Entre los que recibieron el título figuraban tanto el Dr. Vicente como el Dr. Ramón, lo que dejó bastante sorprendidos a varios de sus compañeros.
De acuerdo a una serie de documentos a los que tuvo acceso ABC Color, ninguno de los dos cumplió con el porcentaje mínimo de asistencia requerido en los seis módulos que formaban parte de la especialización. Tampoco rindieron los exámenes, pagaron los aranceles ni realizaron las horas de clases prácticas que consistían en atención a pacientes acompañados por los instructores.
Ambos solamente presentaron su monografía final y con ello consiguieron el título de especialistas de Perinatología.
Por labores docentes
El director del curso, Dr. Antonio Centurión Bogado, señaló que si los Bataglia no asistieron a clases o cumplieron con los otros requisitos establecidos para los demás alumnos, es porque a ambos se les asignaron labores docentes dentro de la especialización. Es decir, además de ser alumnos podían dictar clases en algunos de los módulos o cumplir las veces de coordinadores para facilitar la presencia de profesionales extranjeros en la especialización.
Centurión Bogado aseguró que esta es una práctica habitual cuando se trata de profesionales que ya venían ejerciendo en la rama desde hace tiempo, incluso sin contar con el título de la especialización. Afirmó que esto se suele realizar en todos los cursos de especialización habilitados por la Facultad de Medicina de la UNA.
Sin embargo, Centurión Bogado no mencionó que esta especie de normalización o blanqueo está permitida solo cuando se trata de la primera vez que se realiza el curso, ya no así cuando es la segunda edición del mismo. Si lo hubieran hecho a tiempo, si se trataba solo del pago del arancel correspondiente y la presentación del trabajo de grado, además del cumplimiento de algunas labores docentes.
El primer curso de esta especialización se realizó en 2004, por lo que los Bataglia deberían haberse acogido a este beneficio ya en aquella oportunidad, no en el segundo curso. Fuentes consultadas por ABC Color señalan que al no haber formado parte de la primera promoción de la especialidad, quienes decidan acceder al curso deben cumplir con los mismos requisitos que los demás alumnos: asistencia a clases, exámenes, horas de práctica, pago de aranceles y monografía final.
Con otros no fue así
Más llamativo aún es el hecho de que los Bataglia no eran los únicos alumnos de la especialización que se desempeñaban como docentes de la Facultad de Ciencias Médicas al momento en el que se realizó el curso.
El Dr. Miguel Ruoti Cosp y la doctora Ilde Palacios de Franco ya se desempeñaban como docentes al momento en que inició el curso, mientras que los doctores Marcelino Ortellado, Marta Vergara Apuril y Celeste Aparicio asumieron como tales durante el tiempo que duró la especialización. Ninguno de ellos tuvo el mismo beneficio que los Bataglia y varios también cumplieron labores docentes dentro de la especialización.
Para algunos sí, mientras que para otros no.
Intentamos conversar con los Bataglia sobre el caso. Sin embargo, no respondieron a las varias llamadas que realizamos ayer para tratar de conocer su versión.
Cercanos a Peris
Tanto Vicente como Ramón Bataglia son considerados cercanos al exdecano de la Facultad de Medicina Aníbal Peris, quien presentó renuncia días atrás. De hecho, publicaciones periodísticas de 2013 señalaban que esta cercanía les había valido para conseguir beneficios. Entre ambos, perciben más de G. 41 millones mensuales dentro de la casa de estudios.