Cargando...
“Ellos querían la cuenta para cobrar el resultado de un juicio en Paraguay”, escribía en setiembre de 2013 Gustavo Ferrand a Natalia Sánchez, funcionaria de la oficina en Uruguay de Mossack Fonseca. Hacía referencia a la compañía Fultrade Investments, una empresa de portafolio que había sido comprada en julio de 2012 por empresarios argentinos que mantenían una disputa judicial con Petropar y a la que reclamaban una indemnización multimillonaria.
Según documentos a los que tuvo acceso ABC Color, Fultrade Investments SA fue adquirida el 2 de julio de 2012 y ese mismo día fueron nombrados los directores de la firma: Fabián Espeleta, Sergio Guillermo Marsiletti y Aldo Grasso. Los directivos anteriores eran funcionarios de Mossack Fonseca.
Ferrand, quien actuó de intermediario entre los compradores de la compañía y Mossack Fonseca, solicitaba además la apertura de una cuenta bancaria para Fultrade Investments y preguntaba si debían viajar a Panamá.
Para la indemnización
Marsiletti, uno de los directores de Fultrade, era además gerente general de la empresa Texos Oil SRL, una empresa argentina que en junio de 2010 entabló una demanda contra la empresa pública paraguaya Petropar por unos US$ 30 millones.
La acción judicial fue planteada luego de que la estatal paraguaya dejara sin efecto una adjudicación con la que había sido beneficiada Texos Oil para la provisión de gasoil en camiones. El contrato terminó siendo otorgado a la venezolana PDVSA.
De acuerdo con lo que declaran varios de los involucrados en el procedimiento, para la apertura de la cuenta bancaria para Fultrade, en los días en los que solicitaban este procedimiento se encontraban negociando un acuerdo extrajudicial con representantes de Petropar para el cobro de una indemnización.
Una vez que Texos cobrara el dinero, este debía ser enviado a la cuenta a nombre de la empresa de portafolio en Panamá.
En algún momento incluso propusieron la aparición de una tercera firma en el camino del dinero: Triad Bunkering Services SA, vinculada a Fabián Espeleta, quien también figuraba como directivo de Fultrade.
A los representantes del banco con el que se estaba negociando la apertura de la cuenta, el FPB Bank, no les convencía del todo cómo se realizarían las transacciones sucesivas para que el dinero llegara a manos de Fultrade Investments SA, por lo que solicitaban algún documento que respaldara la existencia del acuerdo extrajudicial.
“El caso está siendo negociado para llegar a un acuerdo extrajudicial directamente por los señores Espeleta y Marsiletti”, explicaba ante los cuestionamientos Aldo Grasso, el tercer socio de Fultrade, quien solicitaba que la cuenta sea habilitada a la espera de la resolución del acuerdo.
“Una vez conocida la sentencia les presentaremos el convenio entre Texos y Ful- trade. Con el acuerdo entre Texos y Fultrade, más la sentencia del juez, más el expediente completo que se armó para la demanda con todo el historial del caso, recién entonces esperaríamos la aprobación del FPB para transferir los fondos desde la cuenta que designe el juez interviniente”, agregaba Grasso.
Es decir, ambas empresas, cuyos directivos eran los mismos, iban a firmar un acuerdo entre ellas para la transferencia de esos fondos. En algún momento reclaman celeridad a los representantes del banco, coincidentemente en nuestro país asumió un nuevo gobierno y con ello llegó una nueva administración a Petropar.
Los representantes del banco se mantuvieron en la posición de que no podían habilitar la cuenta hasta que tuvieran un respaldo documental que asegurara que el traspaso de fondos se realizaría. Con ello, terminaría por caer el acuerdo.
De veterinario a empresario del gasoil
Marsiletti actuaba como representante legal de Texos Oil ante Petropar. Lo llamativo del caso es que cuando la empresa se presentó a la licitación de la estatal paraguaya contaba con un capital declarado de apenas 10.000 pesos argentinos.
Además, el “empresario del gasoil” Marsiletti aparece en videos publicados en YouTube dando consejos sobre los cuidados sobre algunas razas bovinas porque en realidad es médico veterinario.
Cercano a Moyano
En algún momento del intercambio de mails, los funcionarios de Mossack Fonseca confunden a Marsiletti con uno de los financistas de la campaña proselitista de Fernando Lugo en 2008. Sin embargo, Texos Oil, la empresa a la que él representaba, había perdido la adjudicación que luego le fue entregada a PDVSA, que trabajaba con la firma Fluviomar, cuyo propietario era señalado como uno de los que apoyó económicamente al exobispo.
También había cuestionamientos sobre Espeleta, debido a que él era cercano a Hugo Moyano, líder sindical y hoy presidente el Club Independiente de Avellaneda leal al kirchnerismo en el vecino país. Espeleta forma parte como apoderado de Chenyi, una compañía de transporte y logística cuya facturación está a cargo de la hijastra de Moyano, Valeria Salerno.
Conflicto continúa
Según confirmaron a ABC Color fuentes de Petropar, el conflicto judicial con Texos Oil continúa tanto en Paraguay como en Argentina. En nuestro país su abogado es Enrique García, quien ocupara el cargo de procurador general de la República durante el gobierno de Fernando Lugo, la misma época en la que se inició la demanda contra Petropar. Es decir, Enrique García pasó de defender al Estado a demandarlo en el mismo caso.
Además, estos empresarios argentinos contarían con el apoyo del exarquero de la selección paraguaya de fútbol, José Luis Chilavert, quien fue el primero en presentarlos en nuestro país y les acompaña cada vez que realizan gestiones en Paraguay, confirmaron funcionarios estatales. Existen versiones de que hicieron ofertas hasta en lo más alto del sistema judicial paraguayo a fin de conseguir salir airosos.