Peregrinos sufrieron hipertensión y dolores

Presión alta porque no tomaron sus medicamentos, ampollas en los pies, dolores de cabeza, mareos y náuseas afectaron ayer a varios peregrinos que acudieron a los puestos del Ministerio de Salud en busca de alivio.

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Los dispensarios de salud desplazados al costado de la ruta que lleva a Caacupé, así como los instalados en los alrededores de la Basílica, atendieron ayer a centenares de peregrinos que arribaron a la Villa Serrana para pagar su promesa a la Virgencita.

El largo caminar de muchos hizo que las ampollas sean los casos más comunes. Pero también aparecieron síntomas de hipertensión en muchas personas mayores, quienes al parecer olvidaron consumir sus antihipertensivos. “En estos casos le facilitamos enalapril y le recomendamos no exponerse al sol y consumir mucha agua”, afirmó la Lic. Liza Caballero.

La funcionaria de Salud explicó que también llegaron personas con dolores musculares debido a las largas caminatas. Ellas recibieron ibuprofeno o paracetamol, pero por suerte en su puesto ubicado al costado de la Basílica no llegó ningún caso grave por el momento.

Aquí están desplazadas tres licenciadas en enfermería y una doctora, que al momento de nuestra presencia estaban sanando a varios peregrinos.

La funcionaria espera que hoy y mañana se tomen las precauciones para evitar casos severos, especialmente recomendó a los hipertensos, no olvidar consumir sus pastillitas.

Agua gratis

La Essap, la entidad encargada de la provisión de agua potable en nuestro país, repartió ayer más de 4.000 botellitas del vital líquido a los peregrinos que arribaron a la Villa Serrana.

Al igual que Salud Pública, la aguatera instaló varios grifos en el trayecto sobre la Ruta II y en los alrededores de la Basílica. El vital líquido fue, sin dudas, el más requerido.

Sara Lugo, funcionaria del ente, indicó que la Essap llevó a Caacupé 30.000 botellitas, pero tiene más cantidad por si la circunstancia así lo requiera.

Uno de su puestos principales, donde entregaban las botellitas, está al costado derecho del principal templo cordillerano.

Allí los jóvenes proveían el agua a los sedientos. Los tanques con grifos en cambio se utilizaban para cargar el termo para el tereré. Este servicio continúa hoy y mañana, incluso hasta la octava, indicó Lugo.

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