Rufina Sosa es la abuela de Liz Marlene Ávalos Sosa (10), la primera niña que fue sometida a un trasplante de corazón en Paraguay, en el 2012.
“Ña Rufina es un símbolo de nuestro hospital, que coincide con las características y el interés que demostró Su Santidad, con respecto a la mujer paraguaya”, destacó el galeno, quien elogia aún más a la sacrificada señora, quien se hizo cargo de Liz Marlene y su hermano Marco Antonio, de 13 años, cumpliendo el papel de “mamá y papá” dedicándose a la venta de remedios yuyos en canasto.
Liz se enfermó y con los pocos medios que tenían llegaron hasta el pediátrico para una consulta y posterior trasplante, que le salvó la vida a su “hija”. La mujer aguantó todo el proceso, desde el tratamiento previo a la operación, y no escatimó esfuerzos en seguir al pie de la letra las recomendaciones médicas para ver de nuevo sana a su nieta.
“Es increíble todo lo que pasó, tuvo que dejar su costumbre cultural (Villarrica) y mudarse cerca del hospital a una vivienda que se le consiguió a través del Gobierno. Actualmente Liz está de maravilla gracias a su abuela. Ella es un ejemplo de la mujer paraguaya que asume su rol con valentía, dedicación y amor”, acotó el doctor Alfieri.
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Ña Rufina indicó que se siente una mujer bendecida al tener la oportunidad de recibir el saludo del Santo Padre. Se hizo cargo de sus nietos desde cuando su hija Ramona le encargó a Liz, desde los seis meses, y su nieto desde los un año, pero sin ayudarla nunca.
