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El movimiento en las inmediaciones de la Nunciatura (Embajada de la Santa Sede) desde tempranas horas de ayer sábado fue escaso. Sin embargo, desde las 5:30, poco a poco los fieles fueron acercándose y, esta vez, solo hubo paraguayos, a diferencia del viernes, donde se pudo observar la presencia de feligreses argentinos y brasileños.
En el segundo día en el país, el Pontífice tuvo una serie de audiencias en la Nunciatura, el lugar donde se aloja durante los tres días de su estadía en el país.
Desde tempranas horas recibió a invitados especiales en la sede diplomática, como a las hijas de la paraguaya Esther Ballestrino, Ana María y Mabel Careaga, en una audiencia privada. Ellas llegaron de Buenos Aires (Argentina). En reiteradas ocasiones, Francisco ha expresado su reconocimiento a la integrante de Madres de Plaza de Mayo y militante social por su influencia en sus inicios como seminarista.
Entre otras audiencias, el Pontífice también recibió a una delegación de representantes del denominado proyecto Scholas, impulsado precisamente por el Papa. Esa iniciativa apuesta a una plataforma online para compartir buenas experiencias y recursos educativos a fin de conectar a estudiantes de todo el mundo.
La iniciativa, creada por el papa Francisco durante su primer año en el Vaticano, surgió de dos proyectos que impulsó durante su periodo como Arzobispo de Buenos Aires: la Escuela de Vecinos y las Escuelas Hermanas, ambos centrados en compartir las problemáticas de alumnos de todos estratos sociales para lograr soluciones en comunidad.
Ansiedad y júbilo
Desde las 6:00 unas 400 personas ya esperaban con ansiedad y emoción la salida del Pontífice para darle un caluroso saludo. A las 7:20 estaba, según el programa oficial de actividades, prevista la salida del Papa del lugar rumbo al Hospital Niños de Acosta Ñu de San Lorenzo. Sin embargo, con las audiencias, la salida del Pontífice se demoró. Pasaron los minutos y por fin el Papa, en compañía del monseñor Edmundo Valenzuela y el nuncio Eliseo Antonio Ariotti, salió de la sede lo que provocó que los fieles de todas las edades, explotaran de júbilo.
Bergoglio, al ver tanta emoción y pedidos de la gente que deseaba verlo, tocarlo y tener la bendición, se acercó al vallado. Unos de los files, Francisco Leri, ofreció al Santo Padre su mate, al que gustoso y sin dudar accedió a probar un sorbo. Luego el Pontífice saludo a mujeres, y en especial a niños.
Uno de ellos, Emmanuel, saltó la valla y fue a saludar al Papa. El niño le pidió la bendición a lo que el Pontífice respondió: “Tu bendición es más importante”. El Santo Padre también saludó y dio las bendiciones a bebés, como a la niña Nicole. Sus padres Patricia Sosa y Osvaldo Díaz rompieron en lágrimas por la emoción. Señalaron que fue uno de los días más felices de sus vidas.
Otra de las fieles que se acercaron a la Nunciatura fue Hilda Adorno, quien expresó que desde las 5:30 vino de Fernando de la Mora para saludar al papa Francisco.
“Las expectativas que tenemos al verlo son muchas. Ojalá que la visita sea igual a la que hizo el papa Juan Pablo II”, puntualizó sin poder contener la emoción.
Por su parte, Andrea Morel junto a su bebé también se acercó a la sede de la Nunciatura para ver al Papa. Dijo que le causó “una impresión hermosa”. “No hay palabras, me siento feliz”, dijo.
Trabas a la prensa
El dispositivo de seguridad instalado en la calle Ciudad del Vaticano y 25 de Mayo, con vallados, esta vez impidió que fotógrafos y camarógrafos de los varios medios de comunicación asignados para la cobertura periodística no pudieron ingresar para captar imágenes frente a la sede de la Nunciatura. Solo podían acceder los periodistas. Esta restricción a la prensa no se dio el viernes 10, cuando se produjo la llegada del Papa al lugar. La habitual prepotencia de los efectivos del Regimiento Escolta Presidencial (REP) es una de las notas negativas de la jornada. Así lo demostró el encontronazo con los custodios del Papa a su llegada a nuestro país.