López no cambia a un grupo de funcionarios atornillados en IPS

Un total de cuarenta funcionarios con cargos gerenciales y que ya ocuparon altos cargos en administraciones anteriores siguen instalados en el Instituto de Previsión Social, sin que el presidente Benigno López los cambie. Solo pasaron a otras oficinas, pese a sus antecedentes negativos.

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Además, unos 120 exdirectores que ocuparon altos cargos gerenciales con cada presidente que fue asumiendo en el Instituto de Previsión Social, se las arreglaron para no perder el zoquete. Los salarios con los que se quedaron oscilan entre 18 a 25 millones de guaraníes.

El doctor Vicente Ruiz Pérez, cuestionado duramente por los gremios, cambió de cargo pero sigue como segundo en la Gerencia de Salud, con un salario de entre 25 a 30 millones de guaraníes.

El actual director de Infraestructura, licenciado Rubén Irala, es cuestionado por licitaciones amañadas y es responsable de las obras paralizadas en el predio del Hospital Central, como la Policlínica y la Terapia Intensiva. Por estas obras fantasma se gastaron más de 100 millones de dólares.

El director de Aporte Obrero Patronal (AOP), Mirko Duré, continúa impunemente en el cargo a pesar de que el mismo presidente López sabe que existe una evasión del 45% de las empresas.

El director del Área Interior, Dr. Ernesto Weber, quien mantiene en el olvido a las clínicas del interior del país, es otro que está atornillado al cargo hace años.

José María Ruiz Díaz, imputado por un negociado de medicamentos oncológicos en el Ministerio de Salud, es coordinador de la Subgerencia de Salud.

El gerente del Área Asunción y Central, Fernando Bittinguer, es otro de los que deberían dar un paso al costado para dar lugar a médicos profesionales jóvenes. El gremio médico del IPS también ya pidió su renuncia.

Priscila Flor, jefa de la Unidad Farmacoterapéutica, es ingeniera industrial, cuando que el cargo debería ser ocupado por una idónea en farmacia o una química farmacéutica

La actual directora de Recursos Humanos, quien asumió recientemente, Lic. María Daniela Gill Martínez de Ávila, se autopremió con una millonaria remuneración adicional junto a otros funcionarios por haber trabajado algunos sábados y domingos. Permanece aún en su cargo a pesar de que el gremio médico pidió su renuncia.

El presidente López no realiza grandes cambios, en parte debido a la presión que ejercen estos funcionarios prendidos como garrapatas a sus zoquetes, y que conocen las mañas y procedimientos oscuros establecidos en grandes licitaciones, para sacar coimas a los cientos de proveedores, cómplices de la situación de derroche y despilfarro en el ente.

Aunque el titular del IPS tuviera la intención de sanear la institución, sería boicoteado por el mismo grupo interno de la Dirección de Recursos Humanos, en su mayoría afiliados al Frente Guasu y al Partido Liberal.

El gremio médico del Hospital Central, que se encuentra en asamblea permanente, ya solicitó al presidente López la renuncia de los directores generales tanto del nosocomio como de la Caja Central, de manera a dar espacio a jóvenes destacados en la institución.

Aguardó una ambulancia apoyado en su bastón

Mauricio Ferreira, de 83 años de edad, con serias dificultades para caminar y con el único apoyo de su bastón y un familiar, esperó horas enteras que una ambulancia pudiera trasladarlo hasta su casa.

El anciano estuvo esperando de pie en la explanada del Hospital Central, donde no hay ni un solo asiento para los enfermos que salen de alta o que acuden a las consultas y deben esperar a algún pariente.

Para don Mauricio conseguir una ambulancia fue una misión imposible, pues después de tanta espera le dijeron que no había, por lo que tuvo que agenciarse como podía y volvió a casa en colectivo, con las secuelas de una fractura grave. Otra muestra del servicio pésimo que brindan en el centro asistencial al que a diario acuden 15.000 personas.

El patólogo José Bellasai, hoy subgerente de Salud, fue cerca de cinco años miembro del consejo, como representante del Ministerio de Salud. Solo cambia de oficina y está en un lugar clave en el que se manejan y cocinan las licitaciones.

El doctor Carlos Bello, jefe de Planificación, hace años ronda el ente. En la época en que Lilian Samaniego comandaba el Parque Sanitario, era jefe de Admisión y fue acusado de derivaciones millonarias a sanatorios privados.

Pedro Halley Merlo fue nombrado gerente de Asesoría Jurídica del Área de Jubilaciones, con nefastos antecedentes en la época de Bonifacio Irala Amarilla y Darío Filártiga. Es otro que cobra un alto salario y está hace décadas en el ente.

cpereira@abc.com.py

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