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Este siempre fue un secreto a voces en la región, que solo pudo ser comprobado cuando en un allanamiento que se realizó en la estancia Cuatro Filhos, propiedad de Pavão, se encontró una fotografía donde se veía a Jarvis departiendo en lo que parecía ser un asado con políticos influyentes del departamento del Amambay.
Bebiendo y fumando estaban con el narcotraficante el actual gobernador de Amambay, Pedro González (PLRA), el exintendente Luis Gonzaga Mieres (ANR) y el asesor jurídico de la Gobernación, abogado Silvio Santacruz. Esto era una muestra elocuente de como el narcotráfico se infiltró en la política para ganar impunidad, pese a que después los que aparecieron en la fotografía esgrimieron que fueron invitados a un evento y que no sabían de los antecedentes de Jarvis.
Lo real y concreto es que por largos años los traficantes se movieron a sus anchas en la zona de la frontera y solo luego de muchos estirones de oreja, de parte especialmente de los Estados Unidos, se comenzó a perseguir en forma a los reyes del tráfico de drogas.
Presos
Pese a que cayeron todos los capos brasileños, a excepción de “Cabeza Blanca”, el negocio del tráfico de drogas no se debilitó, por el contrario, se fortaleció.
Una muestra de ello es que esos primeros contactos que realizó Jarvis, con los políticos en la zona del Amambay, se fue extendiendo y cada vez los traficantes iban teniendo más “voces” dentro de la política, hasta que se cansaron de tener que dar órdenes a terceros y ellos mismos, los narcos, comenzaron a incursionar en el campo político, ganaron intendencias, gobernaciones, llegaron al parlamento. Después del asesinato del periodista Pablo Medina, se supo que Vilmar “Neneco” Acosta era uno de los mayores traficantes de la zona de Canindeyú, siendo intendente de Ypéjhú y que recibía apoyo de la diputada Cristina Villalba y una serie de políticos más, y hasta se vinculó al exministro de la Corte Víctor Núñez, como uno de que apañaban estos negocios. Esa semilla que Pavão sembró dentro de la política en el departamento del Amambay, hoy 10 años después muestra ramificaciones en todo el país.