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Una publicación del 22 de marzo del 2005, de la revista Consultor Jurídico, explica la manera en que funcionaba el esquema, orquestado entre responsables de la aseguradora Porto Seguro Compañía de Seguros Generales, policías brasileños y abogados. Para legalizar contratos de compraventa, el esquema utilizaba tres escribanías esteñas, de Graciela Díaz de Maciel, Osmar S. Vázquez Samudio y, principalmente, la de Enrique Walter Mayeregger.
La Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) junto con la Policía Nacional encontraron que había una organización criminal articulada, con perfecta división de tareas y que actuaba internacionalmente. Esto dio pie a una acusación presentada ante la Justicia contra los involucrados.
Según la denuncia, 20 asegurados de Porto Seguro fueron perjudicados por el esquema, que consistía en presentar documentos falsos que indicaban la venta del vehículo en Paraguay, antes de que se presente la denuncia de pérdida del automóvil ante la aseguradora. Ellos eran acusados de este modo, de estelionato por fraude para cobrar el seguro. Los clientes eran amenazados de ser denunciados ante la Justicia por fraude si no abrían mano de la indemnización prevista en el contrato.
Esto es, al momento en que el asegurado denunciaba que le robaron su automóvil, la aseguradora le exhibía un contrato de compraventa del vehículo realizado en una escribanía de Ciudad del Este, con fecha anterior al robo.
Un caso concreto fue el de Zezonias Olinto Nercolini, de São Jose Dos Pinhais, gran Curitiba, estado de Paraná, a quien le robaron su automóvil del estacionamiento de su casa el 25 de abril del 2003. Cuando fue a denunciarlo, la aseguradora le presentó un contrato de compraventa del vehículo, fechado un día antes, celebrado entre Máximo Vera Garay y Justo Corazón Segovia, ante el escribano público Enrique Walter Mayeregger Bobadilla, en Ciudad del Este.
Así, como en el caso de la aseguradora brasileña y el RUA en nuestro país, el escribano Mayeregger también aparece vinculado a Desirée Queirolo, procesada por varios hechos de estafa.
Édgar Domínguez vendió a Queirolo un terreno por G. 195 millones, realizando la transferencia de la finca al recibir, por el valor acordado, cinco cheques con fecha adelantada. Fue el 29 de octubre del 2014. Posteriormente, atendiendo a que los cheques no tenían fondos, Domínguez y Queirolo acordaron volver a transferir el lote a la esposa del dueño original, Nair Diana González.
Esta segunda transferencia se realizó ante el escribano Enrique Mayeregger el 9 de enero. Domínguez pagó al notario G. 2.900.000 por el registro del título en la Dirección de los Registros Públicos, pero el escribano no oficializó la transferencia hasta el 21 de abril del 2015, después de que el terreno fuera embargado como propiedad de Queirolo, el 6 de abril por 25.000 dólares a favor de Río Paraná Ocasiones, y el 10 de abril por otros 78.400 dólares a favor de Liz Paola Doldán.