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CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). El arzobispo de Asunción y presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), Mons. Edmundo Valenzuela, manifestó que la Iglesia colaborará con quienes buscan la justicia basada en la misericordia. Añadió que con todos los estamentos de la sociedad incansablemente promoverá la dignidad de cada persona y el bien común.
Afirmó que por honestidad profesional de los pastores de la Iglesia Católica no tomarán jamás parte por uno u otro partido político “aunque, como se ha dado para las elecciones municipales, ha habido alguna manipulación de la prensa que pretende lo contrario”.
Mons. Valenzuela señaló que los sacerdotes colaborarán siempre con el Estado en la protección a la vida y la familia, en el campo de la educación integral de la persona, así como en la salud pública y privada, en la defensa de los derechos humanos. También contribuirán, refirió, con el desarrollo integral del país en beneficio de las familias, especialmente de las más necesitadas de solidaridad y ayuda. “Esa colaboración puede ser mal interpretada según los intereses partidarios”, acotó.
“No colaboraremos, hermanos, con los corruptos, con quienes haciendo el mal y el daño social pretenden seguir adueñándose de la vida de los más indefensos”, agregó el pastor católico.
El prelado subrayó que la Iglesia no se prestará a chantajes ni a justificar la mentira y la violencia. “No, al contrario, afirmará aun en medio de persecuciones la verdad sobre la vida, la dignidad humana, su destino a la felicidad y su desarrollo histórico y trascendente”, dijo.
Mons. Valenzuela expresó que durante el novenario se ha escuchado el clamor de los obispos contra miles de situaciones de egoísmo, robo, violencia y la mentira. En ese contexto, consideró importante afirmar que la Iglesia en su predicación, en sus palabras y acción evangelizadora, hará siempre la opción por los pobres, por los que sufren injusticias y desigualdades, acompañará a los campesinos e indígenas en sus eternas luchas porque la misión de la Iglesia es la de ser “misericordiosos como el Padre”.
Como presidente de la CEP especificó que en nombre del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia siempre serán críticos y no callarán ante la expansión del mal y de la corrupción en todas sus formas, sean promovidas por organismos estatales o no gubernamentales, sean por motivaciones políticas, sociales, económicas, culturales o religiosas.
Molestia de arzobispo
En conferencia de prensa, Mons. Valenzuela se mostró molesto por las preguntas sobre la relación Iglesia-Estado. Señaló que la Iglesia siempre ha contribuido con el Gobierno, porque es la voz de los que no tienen voz. “No es un coqueteo de la Iglesia con el Estado como titularon algunos medios de comunicación”, exclamó.
Cuando se le consultó si ese relacionamiento no era afectado por la corrupción de autoridades que gobiernan, el prelado visiblemente molesto contestó: “Si ustedes como periodistas quieren juzgar, háganlo si tienen argumentos, nosotros como pastores no juzgaremos. ¿Quiénes somos nosotros para condenar a nadie por ser corruptos?”. Luego expresó que denuncian con firmeza y sin miedo los casos de manipulación, violación, robo y corrupciones, en caso de necesidad.
CAACUPÉ POTY
El intendente saliente de la “capital espiritual de la República”, Roberto Franco (ANR), implementa un impresionante “operativo de recaudación” durante la festividad mariana. Llega al punto de cobrar a los peregrinos por el uso de los sanitarios de la sede comunal.
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También estuvo a punto de cerrar la calle Boquerón para parcelar y ubicar a más vendedores ambulantes. Los vecinos se manifestaron y criticaron que no se haya contentado con vender las veredas. Ahora ya hasta quiere alquilar calles.
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Dicen que Cartes pidió a los organizadores de las festividades que la prensa no esté en los mismos lugares de siempre y que de ahí viene la “orden superior” para implementar severas restricciones. Y bueno, seguro aún no superó el bochorno de cuando fue fotografiado tomando dinero prestado de su guardia para la ofrenda.