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“Ustedes saben que hay un protocolo de la Iglesia Católica para estos casos. Que el papa Benedicto XVI y el papa Francisco dijeron que hay que actuar como corresponde así que se me ocurre que se va a aplicar el protocolo que ha dispuesto la Santa Sede”, respondió al añadir que sería largo de explicar y es todo un proceso a seguir.
También se le dijo que la protección que muchos religiosos brindan a colegas acusados en estos casos de escándalos sexuales es precisamente uno de los problemas: “Repito, hay un protocolo que hacer en cada caso, así que habrá que estudiar cada caso”, insistió.
En cuanto al nombramiento de nuevos obispos para el Paraguay donde muchos son eméritos que deben ser reemplazados comentó: “No tengo noticias sinceramente de nombramientos de obispos en Paraguay. Por lo menos el Santo Padre no me comentó nada al respecto. Eso es lo que camina por la vía de la Nunciatura Apostólica”.
Sobre la situación del Clero y la Iglesia en Paraguay el purpurado comentó que no tuvo mucho tiempo de indagar porque apenas estuvo el martes y miércoles corriendo de un lado para otro. No obstante, consideró que se trata de “una iglesia muy viva, muy dinámica, misionera”. Recordó que en la homilía de la Catedral habló de la tradición misionera de la iglesia en Paraguay e invitó –como pide el Santo Padre– seguir en esa línea misionera, de la Iglesia en salida.
El cardenal destacó que su visita obedecía a la celebración del cincuentenario de la Diócesis de Caacupé para comenzar el trienio de la juventud que fue la misión fundamental y alentar a la iglesia que siga trabajando.
La beatificación de María Felicia (Chiquitunga) fue otro punto. Dijo que la citó en la misa porque las Carmelitas de Tucumán le hablaron de la devoción que tenían hacia ella y que murió muy joven, siendo muy católica y apostólica que es venerable y que está a la espera de un milagro para poder beatificarla: “Es venerable y hay que esperar un milagro para que sea beatificada. Dios quiera que sea pronto”.