Es difícil sostener un grupo, según director de la orquesta

Eran las 15:00 de ayer y el salón Benedicto XVI del Seminario Metropolitano de a poco recibía a los integrantes del coro, cuando de repente ingresó al lugar el director Enrique Alfonso. Allí estallaron los gritos y los aplausos. Fue el caluroso recibimiento que ofrecieron los “alumnos” al maestro, quien no dudó un minuto para demostrar a los presentes lo que sabe hacer.

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Unos movimientos de manos fueron suficientes para que las voces congenien y brote la música.

El maestro complacía así nuestro requerimiento y los aplausos volvieron a retumbar en el salón. Escuchar el Coro Papal es maravilloso.

Para el director del grupo, el futuro hasta parece incierto. “No sabemos que va a pasar del coro. Algunas señoras e instituciones manifestaron interés en colaborar”, indicó, agregando que, para algunos, hoy (por ayer) pudo haber sido la última actuación, pero la mayoría está con la intención de continuar, según nos explicó el maestro Alfonso.

De momento, el arzobispo Edmundo Valenzuela ya les invitó para una actuación en la fiesta de la Virgen de la Asunción, el próximo 15 de agosto. El 14 del mismo mes tendrían otra presentación en el Banco Nacional de Fomento.

Alfonso comentó que los ceremonieros del Vaticano elogiaron el Coro Papal porque supo congeniar lo clásico y lo folclórico con la tradición cristiana.

Aprovechó para agradecer a todos los benefactores y a la empresa San Isidro que se encargó del traslado de los músicos en varios buses.

El maestro agradeció la colaboración de los integrantes porque el éxito se logró con la colaboración de todos quienes desde un primer momento decidieron ofrecer lo mejor a Dios y al Papa.

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